Volver.
Volver.
Volver.
Varias entradas con la palabra "volver" en el título, no es la primera. Esta vez me ha vuelto a picar el gusanillo de la escritura. Escribo porque me he visto a mí misma esta tarde, todavía en el colegio, antes de bajar a comer. Me he visto hace diez años. Quizás más alta, más delgada y con los ojos más claros, pero era un poco yo también. Hay veces que tenemos que removernos por dentro a través de los otros para reencontrar un poco de la esencia que habíamos creído perdida. ¡El blog era una parte tan mía! Igual que lo son mis ganas de decir. Es posible que creyera que se había terminado el interés en lo que tenía que decir. A lo mejor lo que se había terminado era eso del exhibicionismo de lo escrito.
Y no sé muy bien qué es lo que ha renacido de repente. No sé si ha sido esa yo mía de hace diez o doce años que me ha sonreído hoy en el colegio antes de comer. Me he reconciliado con mis ganas de escribir, con el exhibicionismo escritor, con cómo estoy haciendo las cosas. Y aún no sé si las hago bien o no. Me he reconciliado conmigo misma al ofrecerme la posibilidad de volver a leerme.
Si volviera atrás diez o doce años, creo que no vendría a verme y sonreírme un día en el colegio antes de bajar a comer. Tampoco creo que nadie hubiera venido del futuro a decirme que escribiera. Quizás lo habría necesitado. Pero es que el tiempo cambia mucho a las personas. Y para eso estamos, también para cambiar algunas cosas.