31 de diciembre de 2010

Fare thee well, friend

El fin de año no es una despedida. Tampoco es una bienvenida. Es una ligera pausa en la que la noche del día 31 se convierte en una fiesta, un motivo de celebración. Es un fin de acto: una escena nueva para representar. Aunque muchos de mis amigos dicen que el año -casi como ellos lo conocen- avanza por cursos académicos, yo sigo haciendo mis listas en estas fechas. Pienso en todo lo que me han traído los doce meses que ya agonizan, pienso en las personas que han ido de la mano conmigo en este camino, pienso en dos trozos de curso académico diferentes que corresponden al mismo año, pienso en los viajes que he hecho -los interiores y los exteriores-, pienso en las pequeñas peleas, en los reencuentros, en la gente que aparece y desaparece, en las marcas que el año nos hace sobre el cuerpo. Y me doy cuenta de que, aunque me niegue a aceptarlo, hay gente imprescindible y gente que no lo es tanto. Me doy cuenta de que hay sufrimiento real y sufrimiento relativo. Me doy cuenta de muchas cosas y solo lo hago en diciembre, nunca en junio, cuando acaba el curso académico. Diciembre es el mes más alegre de todos, frío, prefacio de muchas cosas y también despedida de muchas otras. Como casi todos los finales, está cargado de sorpresas, de vuelcos de corazón, y yo siempre lo lleno de mucha felicidad. Que mi felicidad del mes de diciembre sea nuestra felicidad de 2011: redonda, completa, plena, pura. Pero una felicidad que pueda compartir contigo, que me acompañas de la mano, que apareces y desapareces, que peleas o te reencuentras conmigo. Contigo, con quien viajo, a quien beso, a quien abrazo, con quien canto, con quien comparto. Felicidad.
Y, por supuesto, mucha vida.

24 de diciembre de 2010

"Vida de paz"

No es que no me apetezca escribir.
No es que sea vaga.
No es que no tenga tiempo.

Es que Manuel Casal resume, como nadie, el deseo de vivir una "vida de paz", consciente, a diario, y no solo hoy por ser 24. Así que te remito a su blog, para que leas una felicitación hermosa y también tú sientas de verdad ese espíritu que llaman navideño y que debería extenderse a todos los meses del año.

Pincha aquí para leer Vida de Paz

20 de diciembre de 2010

Con Sabina, caminar hacia adelante

Letras de Sabina para aceptar la realidad. Y la voz de Ana Belén para mecerse en un sueño dulce.
Este diciembre está siendo más diciembre que nunca, y en un "buen diciembre" no podía faltar Sabina:

16 de diciembre de 2010

La muerte

Vivimos codo con codo con la muerte. Pero la muerte no nos sacude hasta que no nos llega diez días antes del día de Navidad y se lleva a una persona de 25 años llena de vitalidad.

Me he enterado hace nada de que un compañero de facultad de Salamanca ha fallecido a causa de una enfermedad terminal. Esa misma enfermedad le atravesó a otro compañero de facultad hace unos años y él sí la superó. Pero la vida es así de inoportuna. En un día feliz te arranca la sonrisa de un compañero, y de repente sientes que has perdido un poquito de lo que él te aportó. Es un sentimiento extraño cuando pierdes a un compañero. Es la segunda vez en mi corta vida que me ocurre esto y creo que cada vez duele más.

Estará en mi recuerdo siempre e intentaré vivir con tanta alegría como la que él desprendía.

13 de diciembre de 2010

Sobrepeso o cómo soltar lastre

El estado ideal es el estado minimalista.

Pero vivimos un barroquismo tardío donde lo minimalista no está de moda. A pesar de la crisis, apetece la sobrecarga. Ya no nos especializamos en nada, somos multifunción o multitarea. Cada vez cargamos con culpas mayores que no son nuestra culpa y no sabemos muy bien quién, pero hay alguien que hace que nos culpabilicemos por ciertas cosas que suceden. Vamos cargando nuestras espaldas con recuerdos amargos o dulces de aquellas personas que fuimos y nos gustaría seguir siendo, cuando lo natural es la evolución. Y literalmente, la obesidad y el sobrepeso se están convirtiendo en enfermedades crónicas del mundo ultradesarrollado. Acumulamos kilos igual que los niños de hoy acumulan juguetes en un rincón. Igual que las casas se llenan de pastillas de turrón en noviembre; pastillas que acabarán en febrero en la basura. Estamos aumentando el estrés en nuestros cuerpos: no hay descanso y parece que no nos preocupa.

Ha llegado el momento de soltar lastre. De ir quitándonos de todo lo que tenemos encima y no nos deja avanzar. Se aproxima un año nuevo y hay que entrar en él ligeros, como un bebé que nace y tiene todo por aprender. Tiremos a la basura todo lo que no nos sirve para nada. Digamos adiós a lo que nos impide seguir avanzando. Llega un año nuevo, y con cada año nuevo que se aproxima, aparece un diciembre de reflexión. Que este diciembre sirva para hacer listas. Pero esta vez hagamos la lista de lo que no queremos.

10 de diciembre de 2010

Un poco de música celta para estos días raros

A veces uno quiere decir muchas cosas, pero nada de lo que dice tiene sentido. Por eso, para días raros de muchas palabras y poco contenido, música. El silencio que precede a la música es mejor que la mejor literatura:

6 de diciembre de 2010

Renoir



Esto es solo una impresión de una tarde llena de impresionismo. Y los azules.

5 de diciembre de 2010

La belleza produce llanto

Una vez lloré en un concierto de Mozart. A veces lloro con los lieder de Schubert. Mucha de la música celta que escucho también hace que se me humedezcan los ojos. Recuerdo una gaita en Ortigueira. Y el arte en general. El adjetivo perfecto en el lugar adecuado; una pincelada de un tono un poco más ocre que nos deja enganchados a todo el cuadro; un personaje inmortal cuyo autor mata en un relato corto.

Hablan de que producir arte es un don. Pero también hay algo de gracia especial en quien se emociona con él. Están los que padecen el síndrome de Stendhal, que pueden incluso marearse o vomitar por el sentimiento de plenitud que les provoca la belleza.

Me alegro mucho de que la belleza no pase por mí y me deje indiferente. Porque la belleza produce mutaciones en nosotros. No somos los mismos tras haber pisado Florencia, Salamanca o la playa de las catedrales. No somos los mismos después de descubrir la poesía de Garcilaso o de Quevedo, la melodía de una cítara o el rostro de la persona que nos ha enamorado. Ojalá todo el mundo pueda experimentar este sentimiento: dejarse vencer por lo bello y ser feliz ahí dentro.

2 de diciembre de 2010

Las prisas

He estado fuera unos días y se me ha olvidado que Madrid es una ciudad de prisas. O quizás es la sociedad madrileña la apresurada. He pasado días de agobios continuos en los que me hacía falta pararme y disfrutar un poco de lo que tengo alrededor. Necesitaba cambiar de aires; desconectar. He estado en una ciudad y con una compañía que me han facilitado la tarea. También el clima frío de nieve espesa me ha ayudado a cambiar un poquito por dentro. A veces el lugar sí influye para cambiarnos el ánimo. Al volver, veo que todo sigue igual: mis compañeros son los mismos, los trabajos y libros que aguardan a ser terminados o leídos tampoco cambian, mi ambiente es el de siempre. Pero siento que hay algo distinto. Me relaciono sin prisas y miro la montaña de libros con apetito. He vuelto a recordar a los amigos de siempre y ellos también me han recordado a mí. Ahora vuelvo a escribir largos e-mails y aquí estoy, también dedicándole unos minutos a este rinconcito que había abandonado un poco.

Las prisas de Madrid me estaban haciendo un agujero dentro que me impedía ver las cosas de fuera. Y aunque sé que volver a la rutina es solo cuestión de días, me encantaría permanecer en este estado de calma dulce post-viaje para siempre. Un amigo dice que en el principio estaba el viaje: que el viaje es el origen de todo. Yo cada vez pienso más en su idea e intento ponerle nombre de ciudad. De momento, miro con asombro a la viajera que en un tren de corto recorrido y en un viaje de veinte minutos, saca su ordenador del maletín y comienza a aporrear sus teclas a la vez que lee un libro sobre prehistoria, o me asombro cuando veo a un niño de primaria haciendo sus deberes también en el tren. ¿Por qué las prisas? Si no hay nada como llegar a casa y, con toda la calma del mundo, sentarse en la mesa de estudio y dejar que sean nuestros dedos los que trabajen por nosotros.

26 de noviembre de 2010

Inmunizados contra el dolor

El dolor es una gripe pasajera más. Estamos familiarizados con él. El dolor, en todos los idiomas, de todos los colores y bajo todas las ideologías nos llega a través de las ondas y de la pantalla. Pero es un dolor que no duele. Cada día hay un atentado terrorista en el mundo. No es en el mundo que nosotros conocemos, hablo de Rabat, o de Tanzania, hablo de México. Cada día mueren cientos de personas de forma brutal. Y muchos de nosotros somos conscientes de ello. Pero no hay dolor para afrontarlos. Estamos inmunizados contra ese dolor terrible que causan las guerras y los déspotas. Estamos familiarizados con la muerte que nos llega desde miles de kilómetros. Por eso, ayer, mientras en España se repetía desde todos los medios que era el Día Mundial contra la Violencia contra las Mujeres, en el resto del mundo, no pasaba de ser un 25 de noviembre más: sin lazos, sin minutos de silencio, sin celebraciones. En todo el mundo, la primera causa de mortalidad de las mujeres por encima del cáncer o de las enfermedades cardiovasculares, es la violencia de género. Pero nosotros, el mundo en general, estamos tan familiarizados con ella, creemos que es tan nuestra que le dedicamos sólo un día al año o un mes en alguna cadena de televisión.

Hay que concienciarse de que el dolor existe. Por supuesto, no vayamos llorando por las esquinas pensando en la cantidad de personas que están siendo víctimas de un ataque violento, pero agradezcamos, desde nuestra posición privilegiada, que nosotros no sufrimos. Reivindiquemos que se haga visible el dolor. Porque el dolor existe, aunque a nosotros nunca nos haya dolido nada. Recapacitemos al menos un minuto al día sobre esto. Cuando uno se da cuenta de ello, creo que vive una vida que es más vida.

24 de noviembre de 2010

Decisiones

Madurar, hacerse mayor. Estos dos procesos significan una mayor implicación en la toma de decisiones. No nos damos cuenta, pero decidir es algo que hacemos a diario y en casi cualquier circunstancia. Nos pasamos la vida desechando unas variables y aceptando otras y las cosas, afortunadamente, no parece que nos vayan tan mal. Hay decisiones intrascendentes a primera vista pero que pueden abrirnos un sinfín de posibilidades. Otras, sin embargo, las tomamos con precaución, porque son difíciles, porque dudamos y tenemos miedo a las consecuencias. Pero no por eso dejamos de decidir continuamente. Lo primero que hacemos nada más despertarnos por la mañana es tomar la decisión de levantarnos o de zanganear unos minutitos más, aprovechando el calor de la manta. Y desde ese momento, empezamos a escribir la historia de nuestro día.

Ayer tomé una decisión casi intrascendente pero muy importante para mí. Y desde que lo hice, todo me favorece, la vida parece que se abre a mi paso y me ayuda a seguir adelante, sin mirar atrás, sin tiempo para poder arrepentirme de una decisión que, de momento, no es más que positiva. Espero que en unos meses, los resultados sigan siendo tan buenos y yo mantenga esta actitud positiva de miércoles por la tarde con lecturas chaucerianas.

20 de noviembre de 2010

"Las ecuaciones se me dan mejor que la felicidad"

Ayer vi a Elvira en la biblioteca. Me hizo ilusión encontrarla. Hacía un par de días que me había encontrado a Jorge y le había preguntado por ella. Ahí va, con su Magisterio a distancia, sus congresos de traducción y las clases en un colegio de secundaria. En los reencuentros breves uno intenta condensar la información para compartir lo máximo posible en el tiempo que los horarios de la rutina nos permiten. Así que en quince minutos tratamos de ponernos al día de nuestras vidas. Me habló de sus clases de inglés y de sus pequeños de primero de la ESO. Se emocionaba al hablar de uno de ellos, alumno con autismo que está muy interesado en los idiomas. Este niño aprende holandés por su cuenta y trata de traducir sus ideas a otros idiomas. Elvira me contaba que un día, de repente, le preguntó: "Profe, ¿y yo cómo puedo ser feliz?". Unos días más tarde, volvió al tema: "Las ecuaciones se me dan mejor que la felicidad". Emotivo y dramático al mismo tiempo. Parece que es una condición intrínseca de la infancia la felicidad. ¿Por qué un niño de doce años plantea en voz alta la pregunta que nosotros nos hacemos interiormente cada noche? ¿Las personas que padecen autismo son infelices?

Mi compañera Jasha, checa, dice que en su idioma hay un refrán que dice algo así: "La felicidad es como una mosca dorada. Nunca la ves, y no existe. Pero puede que un día la veas, entonces sí existe".

Espero que este niño y todos los niños del mundo encuentren alguna vez la mosca dorada. Todo el mundo tiene derecho a verla alguna vez en su vida.

(20 de noviembre. Día internacional de la Infancia)

18 de noviembre de 2010

Cuando el sueño puede más contigo que todas las cosas interesantes que tienes que hacer...

... es hora de descansar.

Eso también es vida.

Fluir de conocimiento. Todo permanece



¿Qué pasaría si el conocimiento se estancara y solo dispusieran de él unos cuantos privilegiados?
Eso ya pasaba hace siglos y parece que las sociedades evolucionaban más lentamente. La imprenta y otros medios de comunicación facilitaron ese flujo de sabiduría universal del que disfrutamos hoy en día. Sin anacronismos. Sin embargo, a veces da la sensación de que falta información, de que se nos cuentan las cosas a medias o mal; se disfraza la realidad con demagogia e hipocresía y nos llega en fragmentos que se nos presentan reales y no lo son. Me da miedo pensar en el modo en el que se nos manipula desde no sé muy bien qué asientos. Recibimos toneladas de información, sí. Pero, ¿es relevante? ¿Cómo aprender a gestionar todo lo que recibimos sin que la anti-realidad nos absorba y pensemos que somos conscientes de lo que pasa en el mundo cuando -de hecho- no lo somos?

Sé que en mis palabras de arriba mezclo indiscriminadamente información con conocimiento, pero lo hago porque considero que la información proporciona sabiduría y ésta libertad. ¿Somos realmente libres o por encima de nosotros hay un narrador que modifica nuestros pensamientos a su antojo? Si tal cosa ocurre, habrá que cargar contra ese narrador, que intuyo que es el sistema -sí, así de abstracto- y plantarle cara para evitar caer atrapados en una tela de araña en la que parece que a nuestro alrededor nada ocurre, nada cambia: todo permanece.

17 de noviembre de 2010

Hope

Hay un haz de esperanza en las hojas anaranjadas que nos regala el otoño.
La esperanza de la limpieza y la renovación. La esperanza del renacimiento y del volver a empezar.

¡Me encanta el otoño!

16 de noviembre de 2010

Ciudades

Si hiciéramos una lista de las diez ciudades preferidas por cualquier persona -al menos del mundo Occidental desde nuestro punto de vista: Europa, Australia, EEUU-, habría en primer lugar una ciudad que es la Ciudad. Con mayúsculas. Por antonomasia. Querida, deseada, soñada, imaginada, llorada, alabada, vista y revista en tantísimas ocasiones a través de la pantalla grande y de la chica, cantada, abrazada, homenajeada tantas veces, leída, recorrida a través de la literatura de Auster o de Martín-Gaite, poblada de personajes insólitos. La ciudad para la que todos los adjetivos que se nos puedan imaginar se quedan cortos es una ciudad a cuyos habitantes quiero hoy homenajear. Porque en la cocina de mi blog hay un pajarito que me dice que últimamente recibo muchas visitas desde allí. Para ellos y para cualquiera que alguna vez la haya soñado. Aquí está: New York. Con la añoranza sana de aquel que no conoce algo pero aún así lo desea desde bien dentro.

15 de noviembre de 2010

Amables colegas:

El lenguaje no es sexista. Los sexistas somos los hablantes. Posiblemente ya hubieras caído en ello hace tiempo, pero es importante plasmarlo por escrito -verba volant scripta manent- para ver la repercusión que tiene esto. El lenguaje es una herramienta potentísima que utilizamos como queremos. La mayoría de las veces la usamos simplemente para comunicarnos, pero en esos usos prácticos, la cargamos de elementos que nos permiten, a la vez que nos comunicamos, manejar a nuestro interlocutor. Hasta ahí todo claro.

El idioma, el lenguaje, la palabra se ha utilizado per saecula saeculorum como fuente de autoridad. Sobre todo desde los púlpitos. Y siempre se le dio mayor importancia a la palabra escrita -infalibilidad de las Escrituras- que a la palabra oral en ciertos ámbitos. Pero llegaron la radio y la televisión y la oralidad recuperó su valor, su estatus. Siempre he creído que oralmente uno comunica y que por escrito adoctrina. No sé, no sé... Ese no era el tema de la entrada de hoy. El caso es que a través de la oralidad, a través del uso real del idioma, a través de su manejo como herramienta eficaz de comunicación es por donde se empiezan a colar el sexismo o la intolerancia.

Esto es un "coñazo" y lo otro "cojonudo", "tu puta madre", "¡qué zorra la tía esa!", ese chaval es un "machote" y algunas expresiones más demuestran que el lenguaje es sexista. Pero ojo, que el discurso de izquierdas no nos lleve a engaño y empecemos a creer que decir "los alumnos", a secas, es sexismo del lenguaje. Eso forma parte de nuestra gramática universal. En español siempre se ha formado así el plural: masculino + femenino = masculino plural. Pero eso no quiere decir que el lenguaje sea sexista. Simplemente que seguimos el patrón latino de la formación del plural. Pero además hay que tener cuidado con los singulares no marcados genéricamente (esto es, los que no terminan en -a u -o, que en español son los morfemas flexivos que marcan género), para que no caigamos en la creación absurda de palabras que no tienen mucho sentido, como "miembra" o "policío". Igual que los adjetivos "amable", "alegre" o "feliz" no hacen concordancia de género, porque directamente no tienen marca para este valor gramatical, los sustantivos anteriores no tienen que hacerla.

Pero vivimos en la era de lo políticamente correcto y dirigirse públicamente a una audiencia mixta como "estimados oyentes" es síntoma de machismo lingüístico y ahora se recurre en la oralidad al "estimados y estimadas" y en el lenguaje escrito a cosas como "estimados/as" o incluso "estimad@s". Para evitar las barras y las arrobas y mantener la corrección política, tengo una profesora que cuando envía e-mails a sus compañeros de departamento, en los que se encuentran varones y mujeres, opta por la selección de vocabulario no marcada genéricamente. Así, con un "amables colegas" nadie se ofende, y todos y todas tan contentos y contentas.

14 de noviembre de 2010

La mandolina del compositor Vivaldi

Se me hace difícil entender una mañana de domingo sin varias cosas: tostadas calientes con mermelada de frambuesa, un café grande, la limpieza apresurada de la capa de polvo que se ha reposado tras días de trabajo en la mesa de estudio, el artículo de Elvira Lindo en El País, la resolución del crucigrama del mismo periódico, un vistazo por la ventana para sentir caer las gotitas de lluvia y -siempre, siempre- una pieza de música clásica que me recuerde los domingos de la infancia en los que la casa se llenaba del Amor Brujo de Falla.

Hoy la mandolina de Vivaldi, para mantener las costumbres de las mañanas de domingo. En el fondo, el domingo no es tan mal día como lo pintan:

12 de noviembre de 2010

9 de noviembre de 2010

La caída de los mitos, el renacer de realidades

Uno se siente bien cuando por fin se le caen los mitos y la realidad se le presenta tal cual es, sin máscaras, sin idealizaciones. Y como la realidad siempre supera a la ficción, es maravillosa la caída de los mitos y el ascenso a la vida inmaculada.

8 de noviembre de 2010

Sin tiempo

Las uvas de la ira están robándome los últimos días. Parece que sólo salgo del cascarón para reaccionar contra la visita del Papa y el alcalde de Valladolid. Y no. También quiero regalarte algo bonito. Una música elegante. Se hace rápido, llena el alma de paz y no deja en blanco el hueco del lunes. Disfruta de este fascinante grupo alemán de música folk y antigua. Se llaman Faun y llenan los lunes de la calma de las nubes. Como todo lo medieval, como toda buena melodía.

Feliz comienzo de semana:

6 de noviembre de 2010

Que Led Zeppelin bendiga este blog

Porque yo no voy a apuntarme a esta moda de sacar a Dios a la vida pública.

La religión se pasea por este país libremente, con total impunidad. La religión cristiana expresada mediante la institución eclesiástica y su jefe máximo andan a sus anchas en este país, y más desde que se está replanteando no seguir adelante con las reformas de la Ley de Libertad de Conciencia. Me parece una vergüenza.

El Papa viene a España. Fenomenal. Pero, ¿qué es eso de bendecir el Centro Internacional de Prensa de Santiago en un acto público? ¿Y qué hay del alcalde de Santiago que exhorta a los ciudadanos a que participen de las actividades religiosas programadas para el evento? ¿Por qué religión y Estado siguen estando unidos con lazos tan estrechos? ¿Es que todavía no nos hemos dado cuenta de que el feudalismo murió hace siglos? Lamentablemente, en España, Iglesia y Estado han ido de la mano desde siempre y cuando empezó a cambiarse esto durante la II República se trató al gobierno de rojo, infiel y hereje. Con Franco y los gobiernos posteriores no hicimos más que dar pasos de cangrejo. La religión no debe entrar en la vida pública. Los actos religiosos no deben pagarse con el dinero de los contribuyentes. La televisión pública no debe forzar a los espectadores a ver el evento. Y no pueden hacer que una opción como otra cualquiera sea la opción obligatoria por mantener una tradición.

España es un país que camina hacia la modernidad y va dando pasos hacia ella. Eso se nota en muchas de sus políticas. Pero en este punto, el gobierno se está cubriendo de gloria. Querrán también, los miembros del Parlamento, obtener la indulgencia plenaria. Para seguir actuando anti-humanamente. Si con un arrepentimiento final está todo solucionado, no me extraña que quienes presuman públicamente de buenos cristianos, se comporten como verdaderos demonios.

Yo para subir al cielo no quiero al Papa. Me conformo con la escalera de oro de Led Zeppelin.

5 de noviembre de 2010

Un poco de luz para estos días oscuros

O poesía callejera, para afrontar con belleza la realidad del día a día.

[pincha sobre "poesía callejera" y date una vuelta por Lavapiés poético].

4 de noviembre de 2010

¿Tú como gestionas tu adrenalina?

Por lo que se ha visto en las últimas semanas hay más de "un perfecto mierda" pululando alegremente por el círculo político, "cultural" y social. Esos "perfectos mierdas" que no saben criticar si no es agarrando un insulto y aplicándoselo al primero que se les ponga en el camino y no les caiga particularmente bien. Creo que hay problemas de fondo con estas personas. Puede que necesiten soltar la adrenalina por algún sitio. O quizás lo que les ocurra es que son tan perfectos mierdas, tan poca cosa, que necesitan recurrir al insulto fácil, a la grosería, a la falta de educación, a la intolerancia, a la inmoralidad... todo para conseguir sentirse más grandes personas. Unos venderán más ejemplares de sus memorias, otros recibirán la palmadita en la espalda del público elector y otros se sentirán encantados por recibir algunos miles de visitas más en Twitter. Unos se jactan de proxenetas, otros se ríen de la sensibilidad ajena y luego están esos que hablan por hablar, enseñan la podredumbre de sus almas a través de sus perfectos y ortodonciados dientes y hablan de la boca de los demás. Una vergüenza.

La pequeñez moral de estas personas se suple con su suprema estupidez. Y su necesidad de encontrarse en el ombligo del mundo hace que se vendan por un puñado de borreguiles secuaces que les ríen la gracia, sin darse cuenta -los últimos- de que se viene abajo el sistema de valores y no estamos más que propiciándolo mientras dejamos que sigan sentados en un sillón que es como el de nuestra casa, que se planten en nuestras pantallas y que dirijan un poco de nuestras vidas. Una vergüenza.

Algunos pensarán que es por soltar adrenalina. Los hay que hacen puenting para desestresarse de su vida. Otros rezan. Algunos practican deporte o van a un concierto de rock. Los inhumanos practican la inhumanidad. Y los que les ríen la gracia... esos creo que ni siquiera saben muy bien qué es lo que hacen.

¿Tú cómo sueltas adrenalina? Yo mañana me voy a un concierto de rock.

1 de noviembre de 2010

Elvira Lindo y la paciencia.

Elvira Lindo es una escritora a la que el público ha encasillado. Hace más de una década, su personaje dirigido a los jovencitos españoles le retribuyó éxito y reconocimiento en el mundo de la escritura. También le dio mucho dinero para dedicarse a seguir trabajando en lo que le gusta: el periodismo de calidad y la literatura desencasillada. Aún así, seguimos recordando a Lindo por sus "tintos de verano" y su Manolito de Carabanchel. Pero ya vamos siendo más los lectores que la apreciamos por sus lúcidas columnas del domingo y su literatura de calle, de carne y hueso.

Personalmente, considero a Elvira Lindo una autoridad. Considero que sabe de lo que habla cuando habla de algo. Se documenta. Es educada y usa un lenguaje directo que no daña. Ayer mismo, reconocía en su columna dominical que practicaba la autocensura y medía bien las palabras que empleaba, partiendo de la premisa de que todas las personas merecemos ser respetadas. Y en ese mismo artículo, hablaba Elvira del encasillamiento que sufrimos mujeres y otros sectores de la población que no nos ceñimos al canon de varón de clase media-alta blanco. Para alguien que ha sido encasillada por escritora de literatura infantil y peridista-humorista, ejercitar el "músculo de la paciencia", como ella misma lo llama, debe ser algo habitual, común, idiosincrático.

De personas pacientes como Elvira Lindo y que han sabido afrontar años de profesionalidad sin ceder a críticas absurdas que han llegado incluso a colocarla a la sombra de su marido, es de quien quiero aprender. Y de quien muchos deberían aprender. Esta semana le toca al alcalde de Valladolid, pero él es una simple encarnación de tantos otros hombres (varones y mujeres, esta vez) que pululan por esta sociedad sin una pizca de educación, sin elegancia, sin humanidad. Ojalá todos leyeran las palabras de Lindo:

EL CHISTE VERDE

¿Qué es lo que tiene en la cabeza el alcalde de Valladolid? No lo sé, ni me interesa, como no me interesa lo que tiene en la cabeza tanta gente con la que a lo largo de los días ejercito mi paciencia, ese músculo que las mujeres, los negros, los homosexuales, los inmigrantes, los pobres, los judíos en según que sitios, los musulmanes en según que otros, y tantos seres humanos que por diversas razones se ven con frecuencia en condición de subordinados, ejercitan como si fueran deportistas de carreras de fondo. No quiero saber si el señor alcalde dijo lo que dijo porque piensa que las mujeres (las que no militan en su partido) alcanzan un puesto por méritos inconfesables o es que desde que asumió el cargo descubrió algo que vuelve humoristas a muchos políticos: que dijera lo que dijera siempre tendría micrófonos delante y unos cuantos pelotas dispuestos a reírle las gracias. No sé lo que tiene en la cabeza. Sé lo que dijo. También lo saben la señora De Cospedal y el señor Rajoy. De la señora De Cospedal, como de todas las mujeres que ostentan cargos en el PP, me decepciona que aun afeando las palabras de su compañero pase a perdonarlo en una misma frase. Debiera de saber la señora Cospedal que si a ella la respeta es por una razón mezquina: militan en el mismo partido. Los políticos españoles han conseguido que esa sea su razón suprema. En cuanto al señor Rajoy, ay. Qué malo es dejarse querer por aquellos que tan a menudo escupen por sus bocas la palabra maricón o zorra. Si el señor Rajoy hubiera cortado por lo sano este lamentable asunto animando a dicho alcalde a que abandonara el puesto, no hubiera provocado que en tantos foros acabaran riéndole la gracieta a este gran humorista de la taberna política. Pero Rajoy es ese hombre que tiene cosidas las manos dentro de los bolsillos y solo levanta los hombros de vez en cuando como diciendo "esto no va conmigo". Esa disculpa implícita concede razones tramposas a quien no está dispuesto a respetar la dignidad del adversario: la culpa de todo, dicen, la tiene Pajín, por incompetente. ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? ¿Haremos también chistes racistas con un negro si un día llega a ostentar un puesto y consideramos que no está suficientemente preparado? Hay personas que ante el comentario del señor alcalde se llevaron las manos a la cabeza. Será porque no leen determinadas columnas, no escuchan algunas tertulias o no son sensibles a la rabia que la presencia de las mujeres en la vida pública ha provocado en ciertos hombres, aplaudidos patéticamente por ciertas mujeres. Periodistas, columnistas y políticos, responsables de la pedagogía democrática, llevan trabajando durante años para que los gritos, los insultos, las alusiones al físico, la indumentaria, el origen de las personas o sus preferencias sexuales sean moneda corriente en la vida pública. Cuando los estudiantes de periodismo me preguntan si me someto a autocensura en estos artículos, respondo aquello que en principio no esperan oír: ¡claro que sí! Pienso dos veces lo que escribo, me arrepiento si he herido sin fundamento a alguien y no me fío de las personas que presumen de soltar lo primero que se les viene a la boca. Detesto la sinceridad patosa e hiriente. Escribo sometida a una norma estricta: todos los seres humanos tienen los mismos derechos. No vale sacarle los colores a un político de la derecha más rancia y celebrarle el chistecillo a Guerra cuando llama "mariposón" a Rajoy o a Blanco cuando habla de aquellos a los que se les ve "el plumero". Si fueron educados en otra España, que se reformen. Pueden aprender de muchos ancianos españoles que sin haber tenido estudios, tribuna desde la que ser escuchados, coches oficiales y una nube de pelotas a su alrededor, aprendieron aceleradamente lo que es la democracia. Hoy disfrutan de haber traído al mundo hijas independientes, han sabido aceptar la condición gay de algún hijo o nieto y han ensanchado en suma su tolerancia. Ahora muchos de ellos están asustados por cómo hablamos en las televisiones, por la grosería con la que escribimos, por la constante falta de respeto al buen gusto que demostramos con nuestras palabras. ¿Se merecen este espectáculo tan zafio? En el revuelo de comentarios críticos que siguieron a las declaraciones del señor alcalde se afirmaba que era la presencia de las mujeres en política la que venía provocando esta reacción furiosa. Tal vez sea lo más visible, pero no es el único sector que padece la burla de esos resentidos que no aceptan como iguales a los que son distintos de ellos. No hay mujer que en su vida no haya padecido la condescendencia masculina, no hay mujer que no haya tenido que soportar en el trabajo el dichoso diminutivo que aniña, no hay mujer que tenga un trabajo público que no haya sentido que se la juzgaba de manera distinta por serlo. La paciencia es el músculo más desarrollado de las mujeres. No sé qué tiene en la cabeza el alcalde de Valladolid. Sé lo que dijo. Y no puedo evitar pensar que siendo, como este señor será, un defensor de la institución familiar, ¿no le dio vergüenza que un comentario tan soez llegara a oídos de sus hijos? Nuestros padres acostumbraban a echarnos del cuarto y a bajar la voz cuando iban a contar un chiste verde.

Elvira Lindo en El País, 31 de octubre de 2010.

31 de octubre de 2010

Gabilondo, un buen fichaje

Cuando lo nombraron ministro de Educación me alegré porque llegaban la filosofía y el pensamiento al gobierno. Me alegré porque llegaba la experiencia en el ámbito educativo a un ministerio tradicionalmente dado de lado por ser la política educativa una política transferida a las autonomías. Me hizo ilusión pensar que un rector universitario iba a tomar las decisiones del campo académico.

Tras año y medio al frente del Ministerio, al menos empiezo a notar que su presencia en debates y foros sobre educación es cada día mayor. Se le ve mucho por la televisión, se le escucha por la radio y lo que dice, convence. Porque él ha trabajado con estudiantes y sabe hacia dónde nos dirigimos. Se van produciendo cambios pequeños pero importantes y eso lanza luces de esperanza hacia el futuro de la enseñanza. Sobre todo de la enseñanza pública.

Escucharle sólo produce gozo. Esta mañana ha estado en el paraninfo de la Universidad de Salamanca (marco incomparable, como dirían los periodistas) dejándose entrevistar por toda una profesional de la radio, Montserrat Domínguez. Si se te ha escapado, ahí lo rescato para ti. Desde la lógica establece una filosofía completa de vida basada ante todo en la educación continua, en el trabajo y el esfuerzo y lo que me ha parecido más importante: trabajar desde el cariño para terminar amando el trabajo.

Volver

Citando el tango y a Almodóvar, vuelvo.

Hay cafés que se hacen esperar años, pero llegan y llenan tardes enteras. Hay cafés que en realidad son personas que te hacen pensar que sí, que no lo intuías, que de verdad el tiempo ha pasado por ti y has cambiado, pero que sin embargo sigue quedando algo imperturbable. Porque aunque la conversación quedó atrapada en la cadena de una bici a la entrada de la biblioteca hace siete años, la retomamos como si nada hubiera pasado. Como si hiciera un ratito nos hubieran enseñado a escribir haikus. En el fondo somos los mismos. En el fondo ayer nos redescubrimos. Al menos yo. Aparté unas horas a Steinbeck y dejé fluir la conversación de antaño. Soy la misma. Quizás con el barniz de Steinbeck y tantos otros que vinieron después de aquel Blas de Otero recomendado en las escaleras de la biblioteca. Ese verano aprendí a decir "desarraigo" y me regalaron un poema sobre Penélope. Después vinieron los grandes maestros: la literatura de canon. Y yo me fui haciendo entre Salamanca, Madrid y otros recovecos. Volvemos a Parla y nos nutrimos con el café de los años. Somos diferentes. Pero nada ha cambiado.


Gólgota

Dani Cerrato | Myspace Music Videos

30 de octubre de 2010

30 de octubre. Miguel Hernández. Los clásicos /9

Miguel Hernández es recurrente en este blog. Porque es un clásico. Dice Harold Bloom, autor del libro de ensayo sobre crítica literaria El canon occidental, que "los originales no son originales". Claro. Porque los autores originales que llegan a formar parte del canon (y para mí Hernández es un miembro merecedor de ese puesto), lo son porque bebieron de otros poetas. Otros poetas influyeron en ellos, o como el propio Bloom dice, los otros poetas los eligieron. Los muy creyentes, siguiendo esta idea del "elegido" hablan de que no son ellos los que eligen a Dios, sino Dios quien los elige a ellos. Bromeando un poco con este concepto, yo siempre digo que cuando voy por una librería no elijo yo los libros, sino que se dan dos acontecimientos o los libros me eligen a mí, o alguien elige por mí mis libros.

Volviendo a Miguel Hernández, y aprovechando que hoy en todas partes se habla de él, creo que a este excepcional poeta la originalidad le vino de sus lecturas. Porque siempre se ha hablado de que Hernández es un poeta autodidacta, pero lo cierto es que leyó mucho y a muy buenos poetas españoles y que fue así como nutrió su excelencia.

Este blog, que sólo tiene en común con Miguel Hernández que se va haciendo con palabras, ha sido elegido por la gracia del poeta de Orihuela. Y por eso hay recurrencia de su poesía en él. Hoy más que nunca, porque hace cien años que vino al mundo alguien con una sensibilidad y un don literario tan profundos, recordemos los versos del poeta.

El mar también elige
puertos donde reír
como los marineros.

El mar de los que son.

El mar también elige
puertos donde morir.
Como los marineros.

El mar de los que fueron.



Cancionero y romancero de ausencias, Miguel Hernández

26 de octubre de 2010

Rosa Parks

Es increíble lo bien que funcionan a veces nuestra memoria, nuestra mente y la red de relaciones que creamos entre ideas y recuerdos. A Rosa Parks, la señora que se negó a cederle su asiento a un blanco en un autobús en 1955, la veo cada día en el tren. El recorrido de la línea 4 del cercanías de Madrid es multirracial y cada día cientos de caras de personas de todas partes del cono Sur me miran desde el asiento que está frente al mío. Yo sonrío por dentro y me acuerdo de Rosa Parks porque fue una pionera y, en cierto modo, hizo posible hace 55 años que la normalidad llegase al transporte público. Es cierto que se han caído las barreras con respecto a la intolerancia racial, pero la mala educación mantiene de pie a embarazadas, ancianos y ancianas, niños o personas con alguna discapacidad física. Pero eso ya es otro cantar.

Aunque siento que vivo en una época en la que se respira más tolerancia que en los 50 estadounidenses, también es verdad que creo que aún hay que cambiar muchas cosas. Sigue habiendo un racismo flagrante y miremos hacia el lugar que miremos, veremos suspicacias, recelos e incluso desprecio contra nuestros conciudadanos extranjeros (y aquí hablo exclusivamente de los inmigrantes, los turistas no entrarían en ese grupo). Y eso ¡es tan despreciable!

A veces la sonrisa de la mañana se trueca en un destello de rabia e impotencia al saber que lo que a mí y a muchos otros nos parece tan natural en el tren, otros no aceptan en la clase de un colegio, en la consulta de un médico o en puestos de relativo poder. Pero ved a Obama, ahí está siguiendo la estela de Parks en un país que parece que lleva la delantera en la lucha por la igualdad racial. Sé que a nosotros aún nos queda mucho tiempo y trabajo para lograrlo, pero que podemos lograr cambios a pequeña escala. Sin ir más lejos, ayer estaba viendo un episodio de Anatomía de Grey, una serie estadounidense que suelen emitir en Cuatro con doblaje. Yo suelo adelantarme a las emisiones por internet y veo los capítulos en versión original con subtítulos en español. Mi sorpresa llegó ayer cuando observé cómo el doblaje de una de las doctoras, de origen afroamericano, transformaba el discurso en registro normal del personaje en un registro vulgar cargado de palabrotas o expresiones de la calle. Ese no era el estilo de lenguaje que la doctora empleaba. Y para alguien que no sepa algo de inglés, el traductor (esta vez sí es traidor, y con fines xenófobos) aprovechaba su condición de creador de palabras para mantener estereotipos ya pasados de moda sobre la raza. Una vergüenza. Si ese subtitulado hubiera estado bien hecho, se seguirían dando más pasos hacia la normalidad en lugar de estancarnos a mediados del siglo XX.

La lengua tiene poder. Y como llevamos viendo desde siempre, quien controla el idioma, controla el poder. Que cunda el ejemplo de Rosa Parks y se le dé a cada uno lo que le es propio e inviolable: la dignidad.

25 de octubre de 2010

Traductor, ¿traidor?

Nunca pensé que la vuelta a la universidad fuese a ser como está siendo. Yo me las deseaba felices, con poquito trabajo, aprovechándome de la sabiduría de mis eruditos profesores, relacionándome con mis pequeños compañeros de clase y jugando al mus en los descansos. Todo esto con la experiencia de quien ya ha pasado por esto antes. Pero no. Tener que hacer tantísimas asignaturas implica dedicarle muchísimo tiempo al estudio. Así que los descansos con naipes se han convertido en escapadas fugaces a la biblioteca para aprovechar los ratos muertos, la sabiduría de mis profesores eruditos deja un poco que desear en algunos de ellos y el trabajo se me amontona implacable con el consiguiente amontonamiento de estrés. Uff.

Una de las asignaturas que más trabajo me están dando es la de traducción de inglés al español. Pensé, en un principio, que sería un paseo. Pero estoy comprobando que es de las más duras. Requiere disciplina y trabajo diario. Hay que interpretar perfectamente los textos y modelar una versión de ellos en nuestro idioma. Pero a veces, para que suene más bonito y la sintaxis no sea un calco literal del inglés, uno tiene que saltarse palabras, desechar los chistes y juegos de palabras (o inventar otros) y darle mil vueltas a alguna palabrita que no tiene equivalente en español. Así que, aunque a veces el traductor mejore el texto original, sigo teniendo la sensación de que traiciona la idea del autor, que lo pasa por su filtro interpretativo y que otras posibles lecturas quedan ancladas al olvido. M. y Y. no opinan que el traductor sea un traidor, hablamos de esto hace poco tiempo, pero yo lo paso fatal cada vez que me pongo ante un nuevo texto -que siempre es un nuevo reto- y trato de desentrañar líos semánticos y gramaticales que el escritor o la escritora original plantó ahí para complicarnos un poco más el trabajo... Porque hay veces en las que uno conoce todas las palabras, pero no es capaz de entender un texto.

Estos son los intrincados caminos de la lengua..
Eso sí, aunque intrincados, siempre terminan siendo satisfactorios.

22 de octubre de 2010

Marta


Marta está un poco más cerca y aunque nunca lee este blog que una vez fue de las dos, le digo por aquí que saber que ella está cerca me produce muy buenas vibraciones, aunque tengamos un charco de por medio.

Con Marta llega un poco más de alegría.

¡Qué bien!

21 de octubre de 2010

Contigo

Ahora que parece que todo mi mundo empieza de nuevo a civilizarse (en el más puro estilo Mark Twain) me da otra vez por Sabina. No sé muy bien por qué, porque no he vuelto a él buscando cosas de antaño. Ha sido Sabina el que ha venido a mí de forma inesperada. Dos versos que llevo tarareando toda la semana, pero ayer no se lo dije a mi anónimo, por no hablar siempre de lo mismo.

No me esperes a las doce en el juzgado
no me digas volvamos a empezar.


Y los versos de la manzana, por supuesto, siempre esos versos maravillosos.

El blog de Elvira

Es otoño y hace frío, pero entras en el blog de Elvira y además de sentirte invadido por su espíritu europeo/viajero, te llega un calorcito agradable comparable al de un café con amigos, un libro leído en domingo junto a los rayos que entran por la ventana, o el crujir de las hojas del otoño. El blog de Elvira es como una casa abierta a todos donde lees y piensas qué razón tiene Elvira, cómo siente, cómo vive, cómo aprecia la vida Elvira.

Por eso vuelvo a cambiar el diseño del blog, porque fuera de casa hace frío y cuando entres, quiero que sientas también aquí un calorcito amigo: el de los abrazos, el café otoñal y las pantuflas de borrego.

20 de octubre de 2010

Cuando todo es uno y uno lo es todo.

Si me fuera posible, escribiría más. No tengo que darle explicaciones a nadie, pero se me escapa el tiempo de las manos y la recurrencia constante de las clases y los trenes no me deja un hueco para pararme y escribir algo nuevo.

Aún así, tengo ideas, quiero hablar sobre el libro de Javi, ¿Cómo le explico esto a un extraterrestre?, que leí hace meses y del que quería hacer una alabanza. Sobre todo, a alguna de las preguntas que se hace el extraterrestre de la portada. Es cierto que actuamos, muchas veces, de forma irracional y no nos damos cuenta de ello. No se nos ocurriría hacernos esas preguntas, pero las leemos y cobran sentido en nuestra realidad. Y es que siempre hay alguien que, a pesar de todo su trabajo, puede reflexionar esas cosas y nos las pone delante, para que también nosotros pensemos en ellas.

También quería hablar de la obra de teatro La vida por delante, en la que actúa Concha Velasco y que me apasionó cuando la vi. Además de los actores y el texto en sí mismos, que son extraordinarios, me gustó encontrarme a una persona ciega a mi lado que pudo disfrutar de toda la obra más que muchos otros lograron hacerlo. Porque él usó sus cuatro sentidos y quienes los tenemos todos, a veces somos incapaces de emplearlos eficazmente.

Y por supuesto, llevo queriendo decir algo fundamental sobre Luis Tosar mucho tiempo. Quien me conozca sabrá que le he seguido desde que empezó. Me encanta por muchas razones y una de ellas es que es un actor sin parangón en el panorama del cine español actual. Dicen que está de moda porque empieza y termina el año con éxitos. Parece que ahora todos creen que España está de moda en cuanto a lo que a actores se refiere. Woody Allen afirmaba recientemente que los mejores actores de nuestro tiempo son españoles, y claro, él no podía ser tan bobo de dejarlos escapar, por eso crea una galería de personajes que adapta a nuestra Cruz y nuestros Bardem y Banderas. Pero Tosar no cruza aún el charco a lo grande. Porque como todos los buenos, es humilde y en su humildad protagoniza papeles para ennoblecer el tan denostado cine patrio. Y lo hace tan bien, que se sale. Y por eso dicen que está de moda. Pero, como todos los genios, no es que ahora Tosar esté de moda. No. Él siempre crea tendencia. Por, como decían en El País Semanal de este domingo, su mirada modulada y pensada para llegar al alma. Tosar habla con la voz y con los ojos. Eso lo convierte en un genio que llega a lo más profundo de nosotros y nos deja una huella imborrable de todos los papeles que encarna. Es un genio y, como genio, estará siempre de moda.

Todas estas cosas quería contaros en estos días. Acabo de cubrir tres entradas en una. Y aún me queda la sensación de que tengo muchas cosas por decir. Todo se vuelve uno, aunque de cada uno podría decir cientos de cosas más.

Iré soltando más gotitas poco a poco. Entre trenes y clases.

17 de octubre de 2010

Citas/10 Nacionalismos

"De noche nos detuvimos ante la catedral, cuyas puntas resplandecían con fulgores mágicos a la luz de la luna. Milagros tan cautivadores, ¿pertenecían todavía a una "patria"? ¿No nos pertenecían a todos?"

Stefan Zweig, El mundo de ayer. Memorias de un europeo
El que espera, ¿desespera?

14 de octubre de 2010

¿De qué estamos hechos?

Ciencia

Las mismas disciplinas que envían al hombre a la luna y destruyen grandes porciones de humanidad por la simple adquisición de poder y supremacía del ser humano, son las que han sacado del interior de la tierra a treinta y tres chilenos que no aspiran a la fama o la gloria, porque no son artistas, ellos simplemente son personas, supervivientes, trabajadores...

Aunque la vuelta a la vida será difícil, volverán a ver la luz del sol y a la gente que más quieren, el mejor regalo del que nadie nos puede despojar. Y la esperanza.

Felicidades a estos hombres y sus familias. Felicidades al ser humano, porque éste es un gran paso para el hombre. A ver si empuja al gran paso de los gobiernos.

13 de octubre de 2010

Mujeres escritoras /3

HILDEGARD VON BINGEN

Posiblemente sea la primera mujer escritora de la que se conserven los textos. O mejor, posiblemente sea la primera mujer escritora que firmó sus textos. Era Hildegard von Bingen y ahora está 'de moda'. Nació a finales del siglo XI en Alemania y revolucionó los círculos eclesiásticos y monásticos del momento. Valiéndose de las visiones que decía percibir por parte de Dios, logró que le permitieran transcribir las palabras que sentía y veía a través de la luz divina. Fueran reales o no esas visiones, lo cierto es que Hildegarda fue una monja muy inteligente que supo valerse de las ventajas de su situación privilegiada (recuerda que en esa época si uno no era noble y quería sobrevivir dignamente, debía pertenecer al otro alto estamento de la sociedad del momento: el clero) para reclamar el derecho de las mujeres y de los individuos, fuera cual fuera su condición. Se instruyó a fondo en las ciencias y en la música y ganó pronto el apoyo de sus hermanas. Se rebeló contra sus superiores y consiguió que la comunidad de monjas de la que se encargaba pudiera trasladarse a otro monasterio que les alejara de la tiranía de los varones. En fin, todo un ejemplo de comportamiento y de vida. Aún más admirable teniendo en cuenta los años en los que vivió.

Decía arriba que Hildegarda está de moda. Y es que han filmado una película sobre su vida. Tuve la oportunidad de verla el otro día en versión original y me gustó no sólo por la historia, sino por la fotografía, la música, la dirección... Una película que te recomiendo muy vivamente. De las que dejan un recuerdo muy agradable. Una sola pega: no la han doblado aún al castellano. Y creo que sólo la ponen en Madrid en los cines Golum. Si puedes, acércate y disfrútala. La integridad que rebosa la personalidad de la protagonista te llegará muy dentro y te hará pensar. El buen cine y la buena literatura siempre lo hacen.

10 de octubre de 2010

Cifras redondas

Hay personas que sienten desconfianza por las cifras redondas. Si alguien tiene una idea mínima de psicología mercantil sabrá que hay unas cifras, las llamadas cifras psicológicas, que evitan pronunciar las temidas cifras redondas. Creo que por eso los números pares o los terminados en cero no suelen ser los "favoritos". Si preguntas a la gente, te dirá que su número favorito es el 3, o el 7 o el 9. A mí me causa alivio el 9. Me gusta especialmente desde siempre. Supongo que porque nací un día 9, porque es una cifra psicológica o porque además de un número puede entenderse como una letra, la g minúscula. Hay un genio, un cerebro superdotado o sabio, llamado Daniel Tammet, que percibe los números como formas. Este joven afirma del 9 que es un número que puede llegar a intimidar, quizás porque preludia la perfección redonda del 10.

Las cifras redondas, cargadas de ceros, crean más inseguridad. Aún así, para los supersticiosos hoy puede ser un buen día. Y aunque yo reniegue de supercherías y las cifras redondas me creen inquietud, aquí me tienes, hablándole al mundo a esta hora de la mañana, para asegurarme que hoy sea un día redondo.

6 de octubre de 2010

Utilitarismo

En esta sociedad de consumo y en crisis, hay que buscarle utilidad a todo. "Pero, profe, ¿para qué me sirve saber las teorías de Platón y saber analizar una oración?". Quizás no exactamente de ese modo, pero esta es la típica pregunta que muchos adolescentes a lo largo de la historia de la educación les han hecho a sus profesores. Los profesores, que son apasionados en la materia que enseñan (generalizo y así parece que la situación no está tan mal en este sentido como realmente creo que está), se van por las ramas y hablan de lo maravilloso que es saber y que su asignatura es la mejor, porque produce placer y sabiduría. En realidad, tampoco los profesores sabemos para qué sirve lo que estudiamos. ¿Y qué? Creo que la mayor utilidad que tiene la educación es formarnos como personas, lo que implica formarnos un criterio propio sobre las materias que se estudian, y de ahí en adelante sobre el mundo. Hay que estimular la mente leyendo y analizando oraciones (que nos enseñan a comprender un poco las jerarquías). Hay que saber filosofía y conocer las teorías más básicas para saber cuáles son los fundamentos de las sociedades en las que vivimos. Hay que dominar conceptos elementales de matemáticas, física o biología porque vivimos sobre un espacio que se rige por leyes que estudiaron y estudian científicos dedicados a estos asuntos. Y estas leyes permiten comprender mejor la posibilidad de la vida en la tierra. Aún así, algunos dirán que para qué sirve saber por qué estamos los seres humanos aquí. Y es que unida a esa necesidad imperante de demostrar utilidades, está la bien extendida costumbre de hacernos caer en la estupidez y adormecernos. O de no promover los despertares.

El conocimiento no debe ser útil, es necesario. Frente a algo que en mi opinión debe ser forzoso e inevitable, está lo que para otros "trae o produce provecho, comodidad, fruto o interés". Será por eso que a los gobiernos les da por privatizar la enseñanza. Porque si no hay dinero de por medio, si no hay un interés subyacente, el conocimiento no interesa.

5 de octubre de 2010

Clásicos contemporáneos /4

Más música elegante para estas primeras tardes de otoño. Empiezan los primeros fríos y los tés y cafés saben ahora mejor que nunca. La música tiene un aire como de mayor intensidad y es fácil encontrar el espacio de uno mismo bajo las cálidas luces ocres que nos ofrecen estos días que van siendo más cortos cada vez.

Una flauta y un trío de jazz de Claude Bolling son buenos compañeros de viaje para estos días que preludian festividades largas, visitas, estudio, cuentos, lectura y todo lo bello que a ti se te ocurra.

4 de octubre de 2010

Actividad

Tengo el placer de comunicarte, lector, que las estadísticas del blog hablan de que éste vuelve a recuperar la actividad. No había habido tanta en este rinconcito de la red global desde febrero. Así que estoy de enhorabuena. Tanto por las entradas publicadas como por las visitas. Gracias por esto último.

A veces la vida nos mueve a escribir más en ciertos periodos. Parece que ahora estoy en un periodo de proliferación verbal. Yo espero que dure mucho, porque mantener los dedos activos sobre el teclado es siempre positivo para evitar la artrosis digital -y también la mental-. A ver si mi recién reestrenada vida de estudiante no me quita tiempo para seguir compartiendo contigo.

3 de octubre de 2010

Citas /9


"-¿Qué hay para cenar? -preguntó un exigente Bernd desde el sofá.

- La muerte -dijo ella-. La muerte, únicamente."


Enrique Vila-Matas, Suicidios ejemplares



¿Qué tiene Vila-Matas que engancha tanto y tan profundamente? Me he dado cuenta de que el que cae en su red, tiene con él -con su literatura- una relación especial. Vila-Matas funciona como un imán y sus lectores como pequeñas piezas metálicas que se adhieren a él sin poder evitarlo. Es algo connatural a la especie del lector. Y uno cae en la red de Vila-Matas porque su mundo de ficción es tan real que parecería que nuestras propias vidas exceden en complejidad las de sus personajes. Complejidades simples -paradójicamente- son las de sus tramas. De repente, un pequeño incidente lo cambia todo. De tal forma que en su obra puede existir Rosa Schwarzer, que desea la muerte y cuando la tiene en su mano la rechaza. Porque al fin y al cabo y aunque ella se dijera, a veces, "Esta vida, para qué", esa era su vida. Una vida -una realidad- en la que las cosas son "escasas a propósito".

*La foto la he tomado del blog de Joaquín Corchero, "Los rincones de mi Sevilla".

2 de octubre de 2010

El tren me lleva a Lorca

Harold Bloom, el crítico literario, habla de esos textos que no necesitan una relectura. Son los textos grandes en sí mismos y por sus personajes. En algún punto de la obra de Bloom, El canon occidental, se nos dice que los autores canónicos crean personajes que sirven de referentes e influyen en obras posteriores -personalmente, creo que acaban influyendo no sólo a obras literarias posteriores, sino a cualquier obra humana; ¿con qué palabra, si no, definir a los donjuanes?- .

Pero no hace falta leer un tratado de crítica literaria o de teoría de la literatura para darse cuenta de cómo hay personajes recurrentes que acaban logrando ser tan importantes o más que sus creadores. Básicamente porque los sobreviven. Y no sólo eso, sino que a veces nos los encontramos en la vida diaria y los convertimos en metáforas de las personas que nos rodean.

Cuando leía a Bloom, eché de menos que mencionara a Celestina como uno de estos personajes. Sin embargo, él habla de Ulises, Otelo o Hamlet. Al hablar del canon se centra más en la literatura inglesa que en el resto de literaturas europeas y se olvida de nuestra Celestina. Pero también se olvida de las mujeres de Lorca. Y ahí era donde quería llegar yo en esta reflexión de blog.

Ayer viajaba en tren, como siempre. Y aquí no puedo más que hacer un guiño a mi amigo Manuel, que dice que me paso la vida en los trenes. En ese ir y venir de vida en trenes de cercanías; en ese leer y mirar el microcosmos de los vagones donde el azar me lleva cada día, me he topado con tres mujeres de una fuerza increíble. Parecía que se escapaban de una tragedia de Lorca y se diluían en la realidad. Mujeres de la edad de Bernarda pero con la rebeldía de Adela. Mujeres andaluzas con pelo negro recogido en moños que defienden a sus hijos como la Madre de Bodas de sangre. Entre Sol y Parla he visto todo el repertorio de mujeres de garra de Lorca sentado frente a mí. Y me ha dado por pensar en las palabras de Harold Bloom. Y he sentido orgullo de pertenecer al universo lingüístico lorquiano y pensar que también sus personajes son individuos, pero son universos. Universos de sentimientos, de llantos y de ideas.

He pensado todo esto y finalmente me ha quedado en vilo una pregunta para la que no voy a tener respuesta ahora ni nunca, ¿qué fue primero, Lorca o estas mujeres que viajaban ayer por la tarde en el tren? ¿Quién fue primero, Fernando de Rojas o la Celestina? Para Harold Bloom hay una respuesta a esto: el primero y el único es Shakespeare. Solo existe Shakespeare, y de ahí, el mundo. No sé aún si estar de acuerdo o no.

1 de octubre de 2010

Infancia

Para los que están en Madrid, recomiendo una exposición maravillosa de fotografías de Isabel Muñoz sobre infancia y derechos de los niños. Ante todo, como dice ella, tienen el derecho a existir. Y sobre todo, a ser vistos y respetados. El otro día mi médica, mientras me hacía un chequeo rutinario, me habló de su hija pequeña y de cómo consideraba ella que se ha perdido el respeto a los niños. Me recordó la exposición de Isabel Muñoz y que no había hecho referencia a ella aquí. Hoy he vuelto a la infancia y a las imágenes excepcionales de esta fotógrafa y creo que tengo el deber de recomendar que vayas a verla. Porque la autora es una artista, pero sobre todo porque esos -y todos los- niños merecen ser mirados con cariño. Con el cariño de quien observa una obra de arte.

29 de septiembre de 2010

Citas /8

A veces pienso que el hombre y la mujer no son precisamente lo más adecuado el uno para el otro. Aunque algo debe de haber, por supuesto.

Penelope Fitzgerald, La librería

28 de septiembre de 2010

Pequeños fracasos /El mal humor

La vida se compone de fracasos y victorias. Si consideramos la vida una partida de ajedrez o cualquier otro juego. Pero es cierto que en la vida siempre estamos ganando o perdiendo. Siendo objetiva, creo que el mayor porcentaje lo ocupan las victorias. Son victorias pequeñas y redondas. Las victorias son redondas, como todo lo perfecto. Pero también hay un componente de pequeños fracasos. Creo que nuestros pequeños fracasos son esos rasgos de nuestra personalidad que tienen tendencia hacia el polo negativo: la intolerancia, la irresponsabilidad, el racismo, el sexismo, nuestro mal humor... Está claro que algunos de estos valores los mantenemos en el polo negativo o en el polo positivo como norma general, mientras que otros varían según el estado de ánimo, el día y las circunstancias relevantes o irrelevantes que nos hayan ocurrido en el día.

Odio esos días en que el primer acontecimiento digno de mención, el primer hecho relevante sea negativo. Levantarte y no encontrarte en el espejo, por ejemplo. Que no quede dentífrico o papel higiénico en el baño. O que tu pantalón y tu chaqueta favoritos se hayan desteñido sin saber muy bien por qué. El mal humor de esos primeros acontecimientos relevantes o irrelevantes que ocurren en el día condicionan el mismo. Pero, ¿por qué este mal humor contra mi lavadora o el detergente superpotente que destiñe el negro a rojo? ¿Por qué no me alegro cada día que la colada sale perfecta?

Las pequeñas victorias y los pequeños fracasos del día son subjetivos, en la mayoría de los casos. A ver si aprendemos a darle la vuelta a la tortilla. Y derrochemos buen humor, que la salud de nuestros compañeros de trabajo nos lo agradecerá. ¿Por qué agriarles también el café a ellos si su lavadora funciona perfectamente?

27 de septiembre de 2010

Éramos jóvenes y rojas

Vamos subiendo la cuesta,
que arriba mi calle se vistió de fiesta.


"Fiesta", Joan Manuel Serrat


Éramos jóvenes y rojas. Y nos gustaban Serrat y Sabina. Seguimos siendo jóvenes y rojas y nos siguen gustando los cantautores, pero los años de residentes de estudiantes, en palabras de Dalí, quedaron ya lejos. Sin embargo, una, que suele mantener los gustos y vuelve a los cantautores igual que los guantes al invierno, retoma a Serrat una tarde cualquiera de principios del mes de septiembre. Todo es plácido. Y al ver los vídeos del youtube se topa, no sólo con Serrat sino con ella misma y sus amigas bastantes años menos atrás. Hasta ahí todo bien. En ese recordar, se recuerda a Clara diciendo: "Ojalá pudiera haber estado allí". Y la que escribe estas líneas lo piensa, pero no formula el deseo en voz alta. De vuelta al Madrid de 2010, mis padres, atraídos por la música de su juventud, se asoman a la pantalla del ordenador y repiten al unísono: "¡Pero si ahí estuvimos nosotros!". No me lo creo. Me río de Clara y de mí misma pronunciando nuestro deseo de haber podido estar en 1971 en el Parque de Atracciones de Madrid.

Ellos, mis padres, que sí estuvieron, empezaron en ese momento a germinar lo que muchos años después sería yo.


(¡Cuantas sonrisas ante ese comienzo que no comienza, esa risilla de nuestro cantante favorito!)

26 de septiembre de 2010

Vejez

¿Quién es el viejo, aquel de ochenta años que sigue buscando, o el joven de dieciocho que persigue el mar dentro de un vaso de ginebra?

25 de septiembre de 2010

6 días


A abrir la calle
a tapar la calle
a vivir la calle
a soñar la calle
a tomar la calle

"A tapar la calle", Pablo Guerrero


Hace seis días que murió. Y en Aragón, la gente salió a la calle a cantarle. La calle se abrió para todos los ciudadanos que quisieron recordarle con sus canciones para la libertad.

No entiendo muy bien por qué, pero he llorado más a Labordeta que a todos los escritores que nos han abandonado este año. He llorado a Labordeta porque (quizás) lo he sentido más mío que a cualquier otro escritor. Ni Delibes ni Saramago. El aragonés de bigote impecable y mochila a la espalda fue uno más entre todos los españoles que en una época ansiaron libertad. Jose Antonio se puso la bandera de ciudadano universal y desde su querida tierra chica luchó por los derechos de las personas, por sus libertades; y se hizo escuchar como nunca nadie en el Congreso.

Ojalá se cumpla el deseo de Pablo Guerrero que cantó el propio Labordeta. Que se tapen las calles a los que visten de negro, lleven pistola y hablen de la guerra. Que se abran las calles a personas como Labordeta. Y que los que andamos por la calle seamos capaces de descubrirlos a tiempo.

24 de septiembre de 2010

Profesiones sin profesionales

Existió una vez, en Parla, un profesor de autoescuela tan malo que sus alumnos llegaron a sospechar si realmente era el profesor u otro usurpador de personalidades y profesiones de estos que proliferan tanto actualmente. Porque los políticos ya no son políticos, algunos enfermeros tampoco parece que efectivamente lo sean y muchos profesores se pavonean de su labor (como si en esta época se reconociera como es debido la docencia) y sin embargo no saben ni siquiera por qué han acabado en un aula, frente a una recua de alumnos con el reto, a veces irrealizable, de enseñar. Para ser sincera, a estas alturas del curso de conducción, ya me da igual lo que me enseñen con tal de aprender algo. Pero parece ser que mis necesidades de aprendizaje no se corresponden con las necesidades laborales del profesor de autoescuela que me ha tocado en gracia. Me mortifico diariamente (ni que esperase alguna recompensa celestial) acudiendo puntual a mi cita con ese noble profesional que no hace más que leer (y mal leída) la pantalla de la fabulosa pizarra digital que muchos institutos públicos madrileños ansían. En la pizarra él lee lo mismo que leo yo en el libro. Hasta ahí la cosa no va mal, visto el panorama actual de enseñantes en el que el profesor se limita a leer el texto mientras que el alumnado subraya alguna idea y espera, con una esperanza que no es real, a que ese mismo profesor explique algo que el autor del texto dio por sabido. Algunas veces hay suerte y ocurre que el enseñante explica. Otras veces, como en el caso de mi maestro de circulación, ni siquiera se me otorga la gracia de escuchar de su boca explicaciones que correspondan a la normativa actual de circulación. Este señor nada más que insulta a la Guardia Civil por multar a los conductores "por tonterías", recibe llamadas en plena clase para quedar a tomar café o unas cañitas cuando salga o mantiene largas charlas acerca de la normativa anterior con un alumno campechano que parece llevar toda la vida intentando sacarse el preciado carné.

Si quieres sigo, pero puede que esto te aburra. A mí, además de aburrimiento por sufrir la ineptitud de este personaje, me da miedo esto que vivo a diario. Porque sé que no es un caso aislado. Sé que hay profesionales que no están preparados, médicos residentes que se paralizan ante la parada de un paciente; ex-ministras de cultura que confunden premios Nobel de literatura con bailaoras de flamenco; profesores de lengua de 3º de ESO que se niegan a enseñar a hacer resúmenes a sus alumnos porque "eso debieron enseñárselo el año pasado y no es mi problema"; autobuseros que conducen superando el límite de velocidad e invitan a sus amigos a darse el paseo Madrid-Parla en el nocturno, porque ellos solos, frente a su carretera y su responsabilidad, se aburren y prefieren descalificar, acompañados de su recua, a los clientes extranjeros...

Todo esto es denunciable. Pero, ¿quién enseñará a todos estos profesiones a ejercer con sinceridad, esfuerzo y profesionalidad su labor diaria? ¿Dónde ha quedado la vocación laboral o, al menos, el respeto a la persona a quien estás dando el trato?

22 de septiembre de 2010

Otra vez Vila-Matas en los sueños

Tengo que reconocer que en estas últimas semanas he quedado algo enganchada por la personalidad (literaria) y la obra de dos escritores separados en el tiempo y el espacio, pero que por la fuerza de su prosa y por los personajes que crean me atraen llamativamente: Vila-Matas y Zweig. Por supuesto que su literatura y su contexto son incomparables, sin embargo esa veta de misterio que asoma o se expresa abiertamente en su obra, hace que los lea sin escrúpulo. Me atrapan.

Por lo que voy leyendo aquí y allá, una de las preocupaciones perennes del escritor catalán es la de la identidad y el individuo. Parece que el propio autor se ha creado a sí mismo como el personaje de cualquiera de sus novelas. Como ha sido muy reciente mi acercamiento a Vila-Matas, aún no he podido abarcar toda su obra y no sé si haría bien en "tragármela" toda de golpe, sin espacios de tiempo en los que reposar cada libro. El caso es que ese desconocimiento parcial de su trayectoria literaria hace que aún me cree más fascinación, que siga creando expectativas muy positivas a propósito de sus textos y su figura y que empiece a ser un personaje habitual de mis sueños.

Una sueña y a veces sueña lo que ha leído. Otras veces el sueño es mera invención del inconsciente. Y esto de la identidad en Vila-Matas que he leído de su propia pluma y de críticos literarios ha dejado una extraña huella en mí. En mi recurrente sueño de septiembre, Vila-Matas pasea por las frías calles salmantinas, con una gabardina negra y muy larga, sombrero también negro y guantes de cuero marrón. Se dirige siempre por la Rúa Mayor camino de la catedral con la mirada perdida en el suelo y las manos, sujetas, a la espalda. El camino, que en realidad no es nada extenso, se me hace muy largo. Yo voy detrás de él y ansío que deje escapar algo de su creatividad para cazarla al vuelo. Entonces, de repente, un joven escritor de la cosecha actual salmantina sale a su encuentro, le llama "tío" y charlan juntos un rato. Yo me quedo unos pasos por detrás, no quiero que ninguno de los dos se dé cuenta de que los sigo. Se me pasa por la mente correr un momento hacia la Casa de las Conchas, robar cualquier ejemplar de alguno de sus libros y pedirle que me lo firme, aunque interrumpa su coloquio con el joven. Pero nunca llego a hacerlo (estaría bien delinquir en algún sueño). Y es en ese mínimo espacio de tiempo en que me he detenido en mis pensamientos cuando ocurre algo asombroso. El joven y Vila-Matas dejan de hablar. Vila-Matas continúa su camino en dirección a la plaza de Anaya y el joven camina en dirección contraria a la mía. Lleva la frente alta y su rostro es el de Vila-Matas. Pero está claro que no es él. El original sigue con paso cadencioso. En este punto del sueño nunca me atrevo a seguir el camino, ni siquiera a hablar con el joven usurpador de rostros. Busco la salida más fácil, bajo por Palominos y entro en la biblioteca de la facultad. Allí me siento tan a salvo que no recuerdo más allá de ese momento en mi sueño.

No he sabido nunca interpretar los sueños y a veces dudo de que los sueños puedan interpretarse. ¿Qué significarán las calles de Salamanca? ¿Por qué en Salamanca y no en Madrid? ¿Por qué el joven escritor le roba el rostro al maestro? ¿Significa eso el traspaso de saberes? En realidad no estoy segura de reconocer nunca en mi sueño al joven. Ya sé, de antemano, que también es escritor... En fin, para volverse loca intentando desentrañar el misterio.

De momento, antes del retorno al sueño, voy a hacer una escapada a la biblioteca, pediré prestado algún otro libro de Vila-Matas (aquí y en la vigilia sí que no me atrevo a robar nada) e intentaré entender un poco mi caótica y misteriosa mente a través de sus palabras. Solo algunas veces me creo todo lo que leo. Y cuanta más ficción haya en el texto, más crédula me vuelvo.

Tomo prestada del blog de Antón Castro esta foto. Por el sombrero y por la mueca a medio camino hacia una sonrisa.

21 de septiembre de 2010

Sunrise

Otro clásico contemporáneo es Ben Harper, cantante y músico de mi predilección. Considero música elegante casi toda la obra de Harper, pero especialmente esta pieza de una belleza magnánima.

Disfruta de esta música elegante:

19 de septiembre de 2010

Somos

Vamos a hacer con el futuro un canto a la esperanza.


Un amigo mío le desea a Labordeta un descanso en paz, que ya les dio caña cuando tuvo que hacerlo. Suscribo sus palabras y le homenajeo con una canción hermosa. Siempre recordaré su país en la mochila.




Somos
como esos viejos árboles
batidos por el viento
que azota desde el mar.

Hemos
perdido compañeros
paisajes y esperanzas
en nuestro caminar.

Vamos
hundiendo en las palabras
las huellas de los labios
para poder besar

tiempos
futuros y anhelados,
de manos contra manos
izando la igualdad.

Somos
como la humilde adoba
que cubre contra el tiempo
la sombra del hogar.

Hemos
perdido nuestra historia
canciones y caminos
en duro batallar.

Vamos
a echar nuevas raíces
por campos y veredas,
para poder andar

tiempos
que traigan en su entraña
esa gran utopía
que es la fraternidad.

Somos
igual que nuestra tierra
suaves como la arcilla
duros del roquedal.

Hemos
atravesado el tiempo
dejando en los secanos
nuestra lucha total.

Vamos
a hacer con el futuro
un canto a la esperanza
y poder encontrar

tiempos
cubiertos con las manos
los rostros y los labios
que sueñan libertad.

Somos
como esos viejos árboles.

18 de septiembre de 2010

A vueltas con Diógenes



Cuando uno hace limpieza general en su casa, en su habitación o en sus cajones corre el peligro de quedarse atrapado, durante días, entre otras vidas que son las suyas y las de las personas que han hecho que sea lo que es. Tengo un amigo que lleva ordenando su despacho semanas. Pero queda irremediablemente atrapado por los papeles que guardó en él, por las cosas que pensó y anotó, por los folletos de las exposiciones a las que fue... Y no avanza. Y lo peor de todo es que piensa y repiensa si debe o no tirar tal o cual panfleto, este recorte de prensa o esta carpeta. ¿Qué es mejor: tirarlo todo con los ojos cerrados o, directamente no hacer limpieza?

Yo, que he estado estos últimos días reordenándolo todo, me he encontrado cosas sorprendentes que, a día de hoy, no habría creído conservar. Desde grabaciones de mi propia voz hasta grabaciones de voces ajenas, fotos de grupos heavies, folletos de festivales de música de hace años, chapas con la bandera republicana y cientos de textos. Textos con autoría conocida y otros que dudo si serán míos o de amigos. Por más que los leo una y otra vez no me reconozco en ellos. O al menos no reconozco a la posible escritora de ellos (yo misma, años atrás). Corro el riesgo de equivocarme y proclamarme su autora indiscutible o de abandonarlos por no conocer al verdadero escritor y perder definitivamente pequeñas piezas agradables de ser leídas, confusas a veces, pero merecedoras de un poco más de vida que la que les aguarda dentro de los surcos de los cedés que las contienen.

Ese es el peligro de la limpieza. Aparentemente parece que todo está perfecto, agradablemente recolocado. La habitación vuelve a respirar aliviada. Pero el que limpia sabe la verdad de todo esto: sabe que en lo más profundo todo sigue siendo un alegre caos de textos que no han hecho más que airearse un poco y volver a la oscuridad hasta que en un par de años vuelvan a desenterrarse. Bendito síndrome de Diógenes.

17 de septiembre de 2010

Clásicos contemporáneos /3

Esta vez es un clásico irlandés: The Chieftains y Sinéad O'Connor.

He tenido la mínima oportunidad de pasar cinco intensos días en Irlanda en toda mi vida. Sin embargo, es un país que parece que está ahí esperando por mí. Considero que la cultura irlandesa, en general, es elegante. También su música. Cuando es buena. La cantante Sinéad O'Connor trae paz y elegancia a nuestras vidas con su preciosa voz, y nos recuerda que hay lugares y experiencias maravillosas en un uso horario de tan sólo una hora menos.

16 de septiembre de 2010

Clásicos contemporáneos /2

Aunque me digan que soy muy joven para seguir a estos maravillosos cantantes, lo cierto es que una vez que los escuché, no soy capaz de vivir sin seguir escuchándolos. Esta canción pertenece al grupo de las músicas elegantes, de los clásicos contemporáneos que nos golpean y recuerdan de lo que los seres humanos somos capaces.

Esta canción se la dedico a (don) Emilio, que un día me dijo que le encantaba Silvio. Y también se la dedico a mi amiga Yolanda. Dos maestros sin parangón.

Citas /7


"La literatura no salva la vida, pero puede darle sentido"

Claudio Magris

15 de septiembre de 2010

Citas /6

"La literatura es lo esencial o no es nada"


Georges Bataille


14 de septiembre de 2010

Clásicos contemporáneos

Mi intención no es "luchar" en contra de las músicas elegantes que mi amigo Manuel lleva varios meses colgando en su blog. No, no. Esa no es mi intención. Mi intención es complementar, con mis músicas elegantes, las suyas.

Uno de mis pianistas favoritos. Conjuga juventud, estilo y clase. Un diez para Cullum

12 de septiembre de 2010

Lecturas y sueños

Leer el libro de notas o diario de un escritor incita, siempre, a la escritura. Aunque ésta sea tortuosa. Vila-Matas, del que me sorprende su humanidad –patada a los prejuicios y distancias ante el desconocimiento-, carga su dietario voluble de referencias literarias, filosóficas y culturales en general. También hay algo de música. Y la reiterada presencia de los textos de Kafka, que ha picado mi gusanillo lector y he vuelto a él como quien no lo ha leído nunca – el checo quedaba ya en el rincón casi olvidado de las lecturas de adolescencia-. Y Kafka reaparece más genial y brillante que en todas las referencias que leo de él. La ficción siempre supera a su crítica.

Kafka y Gregor Samsa, que son creador y creado, se me antojan la misma pieza en el entramado literario. Y parece que el narrador es el propio inconsciente de quien lo lee. Porque es ahí adonde van irremediablemente las palabras. Y de donde salen para cobrar vida de nuevo en el sueño.

Esperaba impaciente que mi sueño se plagara de imágenes que recrearan la historia del joven viajante y su hermana Grete, que intuyo que es más protagonista que el propio transformado. También esperaba que hubiera en mi sueño alguna alusión a los fantasmas del pasado que se han paseado por mi presente estos últimos días. Pero no. Más allá de todo lo esperado, el inconsciente me ha jugado una hermosa pasada. Enrique Vila-Matas transformado en palabras sutiles y en el juego a hacerse el encontradizo de todos los textos que uno quiere escribir, aparece en mi sueño y me contagia la inquietud del escritor que no debe dormir para no dejar escapar frases inolvidables.