30 de abril de 2008

Our Town: Only when we die we realize about how beautiful life was

Noche de Thorton Wilder sobre escenario sobrio; muchas caras conocidas en frente de nuestra mirada, 12 sillas de madera y algún que otro mueble. Es sorprendente quedar absorbido sobre las butacas durante casi dos horas de relato, quedando mutilados todos nuestros sentidos a cualquier sensación que no sea la de mantener un diálogo con nuestros actores, y amigos. En el pueblo ficcional (aunque ¿qué es ficción?) de Grover´s Corners todos sus habitantes llevan una vida circular basada en etapas que parecen imborrables desde un principio; después de vidas normales, después de "haber cumplido nuestro papel", queda probablemente el sabor amargo... La conciencia de sí mismo, de saber que lo vivido ya es pasado, y éste, nuestro único recuerdo ante la esperanza de algo, una señal que realice el deseo de olvidar el mundo del que una vez salimos, para no "re-entrar".
Quizás los habitantes de Grover´s Corners cuando caen en el lecho comienzan a adorar los instantes vividos, quizás nosotros no tenemos realmente conciencia del tiempo hasta que dejamos de existir.
Quizás, nuestra vida se convierta en imágenes borrosas que caerán en el olvido; algún día.



Felicito enormemente a Catalina, fascinante narradora de la historia, su antifaz (sin él, no hubiera habido cuento) a Esteban por llevar todo a cabo, a Roy, Diego, Andreína, Claudia, los demás. Gracias

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Coido que ninguén o diría mellor, alter da miña alma.

Nin me puiden despedir de ti. Pasa boa ponte.

Anónimo dijo...

Querido metade Andrenio, metade Critilo, quédome gozando de máis teatro, pensando, escrbbindo nos intres de lúa, con cafés, con ideas e bolvoretas primaverais. Vémonos

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Huskie dijo...

Moi boa entrada, fiquei moi ledo ao lela.

un bico, e quedades linkeados no meu blog.

esperovos por ali