24 de marzo de 2010

Cantar

Podría haber estado esta tarde en un homenaje a Miguel Hernández en la USAL al que me invitó un amigo. Pero era difícil ir allí. Esta tarde he estado cantando.

Cantar es divertido y alegra muchas veces las tristezas y las nostalgias pasadas, presentes y futuras. El domingo, cuando volvíamos en coche, cantamos Ella baila sola, Ismael Serrano y Marea. Y eso hizo que nos hiciéramos un poquito más amigas. Creo que cantar juntas nos unió aún más.

Hoy he cantado en público. En alemán. Ha sido muy divertido esperar que llegara el público, observar con tristeza que era escaso y alegrarnos igualmente porque lo pasaríamos fenomenal nosotros solos. Y verdaderamente ha sido una experiencia divertida. Uno expulsa lo que lleva dentro cuando canta. Deberíamos cantar más a menudo. En la ducha, mientras tendemos la ropa, cuando cocinamos, dando las clases, cuando conducimos o viajamos, antes de dormir, al despertar.

Cantando, uno también puede homenajear a Miguel Hernández a su manera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Seguro que lo pasaste muy bien porque la gente maja tiene cien mil maneras de pasarlo bien. Pero en Salamanca lo hubieras pasado también muy bien. Y a Miguel le hubiera gustado verte y oírte entre los enviciados con su poesía. Y con la honestidad de su vida. Y avergonzados con la vileza de su muerte.

Anónimo dijo...

Ay, Patri, si se entera la SGAE que estuvimos cantando el domingo en el coche... :)
En Compostela tenemos que ir a cantar al Tarasca, ¡te va a encantar!