Estoy preparando exámenes para esta evaluación. Mis chicos de primero de apoyo son muy inteligentes. Estoy orgullosa de ellos, porque siempre he confiado en que podrían hacerlo muy bien y me lo están demostrando. Les he enseñado unas poquitas figuras literarias y quiero que sepan reconocerlas, para que aprendan a apreciar la buena poesía y no se pierdan cuando escuchen que "algo es una metáfora de algo".
Para la hipérbole no he podido evitar echar mano de Hernández en su impresionante "Elegía a Ramón Sijé". No puedo leerla sin sentir un escalofrío extraño recorriendo mi espalda. Y aún así la leo y la releo y me regocijo en la tristeza que me transmite.
Me ronda la cabeza Hernández estos días. Me ronda porque está en todas partes, porque celebra centenario, porque sigo escuchando a Serrat cantarle como cuando era niña y deseaba que llegaran las mañanas de domingo en las que la casa recibía la poesía en voces ajenas. Me ronda porque la poesía hermosa siempre ronda.
Ayer, ayudando a traducir sus poemas al francés y al kikongo* (desde el francés, claro), me sentí feliz por poder entender unos versos inmortales. Sentí placer por el puro placer de la poesía que se siente y se entiende.
Me siento feliz cuando me ronda la cabeza la poesía.
*Una curiosidad. En kikongo, "amor" se dice "bolinga".
1 comentario:
No seas perezosa. El 24 de este mes en tu exFacultad de Filología, de Salamanca, profesores y alumnos le harán un homenaje. Podías venir con unos alumnos tuyos bajo el brazo...
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