POR CELEBRAR del Infante el temporal Nacimiento, los cuatro elementos vienen: Agua, Tierra, y Aire y Fuego. Con razón, pues se compone la humanidad de su Cuerpo de Agua, Fuego, Tierra y Aire, limpia, puro, frágil, fresco, En el Infante mejoran sus calidades y centros, pues les dan mejor esfera Ojos, Pecho, Carne, Aliento. A tanto favor rendidos, en amorosos obsequios buscan, sirven, quieren, aman, prestos, finos, puros, tiernos.
Estribillo
Y todos concordes se van a mi Dueño, que Humanado le sirven los cuatros elementos: el Agua a sus Ojos, el Aire a su Aliento, la Tierra a sus Plantas, el Fuego a su Pecho; que de todos, el Niño hoy hace un compuesto.
Pues está tiritando Amor en el hielo, y la escarcha y la nieve me lo tienen preso, ¿quién le acude?
¡El Agua! ¡La Tierra! ¡El Aire! ¡No, sino el Fuego! Pues el Niño fatigan sus penas y males, y a sus ansias no dudo que alientos le falten, ¿quién le acude?
¡El Fuego! ¡La Tierra! ¡El Agua! ¡No, sino el Aire! Pues el Niño amoroso tan tierno se abrasa que respira en Volcanes diluvios de llamas, ¿quién le acude?
¡El Aire! ¡El Fuego! ¡La Tierra! ¡No, sino el agua! Si por la tierra el Niño los Cielos hoy deja, y no halla en qué descanse su Cabeza en ella, ¿quién lo acude? ¡El Agua! ¡El Fuego! ¡El Aire! ¡No, mas la Tierra!
(Sor Juana Inés de la Cruz, Villancicos)
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