Una vez tuve una ilusión y no supe qué hacer con ella. No supe qué hacer. Y ella se fue, ¿por qué la dejé? ¿Por qué? No sé. Yo solo sé que ella se fue. No supe qué hacer... y se me fue.
Hubo una ilusión que se me escapó en portugués. Y no sé por qué la dejé. Pero ya es primavera; es tiempo de recuperar las ilusiones, las que se escaparon y las que se aproximan lentamente, en todos los idiomas del mundo, como en una suerte de Babel de la ilusión.
Es tiempo de ilusionarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario