2 de abril de 2015

Abril

No sé qué me pasa en abril. De año en año recuerdo que tengo un blog y me dan ganas de reabrirlo. Las ganas de escribir no son tan grandes. Y como cambié varias veces la denominación de la página web, quizás ni mis antiguos seguidores estén pendientes de si escribo o no.

Por eso, y refugiándome en la anonimia de internet, volveré a escribir poemas sueltos. Aquí. Para que los leamos solo yo y aquel despistado que caiga aquí sin pretenderlo. Para que trabemos una línea muy fina, casi imperceptible, entre lo que yo escribo y lo que tú lees.

Atarme al blog desde la poesía es otra forma de sentirme de nuevo en abril: viva y activa.

De momento, y ante la imposibilidad de la creación propia, dejaré unos versos sueltos, desvanecidos, de José Ángel Valente, un gran desconocido.

  POEMA
Cuando ya no nos queda nada,
el vacío de no quedar
podría ser al cabo inútil y perfecto.

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