Finale es el término empleado en las composiciones musicales para hacer referencia a la pieza final de la misma.
Como toda buena obra musical que se precie, las obras que acometemos las personas tienen sus particulares finales. Hay algunos alegres, cargados de flautas dulces y percusión y otros finales lentos, tristes, llenos de pianos en tonos bajos. El compositor de cada obra es quien supongo (porque tampoco soy una experta en estos temas), resume la esencia de la obra compuesta en unos minutos que nos dejan el sabor dulce o amargo y que nos harán recordar para siempre una melodía. Al igual que el compositor, nosotros debemos componer el finale de nuestras pequeñas obras y hacerlo para que nos dejen un sabor dulce o amargo cuando las evoquemos en el futuro.
Yo ya estoy empezando a dar por finalizado este curso 2009-2010 que estrené con créditos iniciales de película. La impresión general de estos meses es positiva, de aprendizaje, de caer en la cuenta de lo incompletos que estamos. La vida, al igual que las composiciones musicales, es imperfecta. Creo que la esencia está en encontrar los instrumentos adecuados para que en la alegría o en la nostalgia nos sintamos bien dentro de ella. Para sentirme bien en mi vida yo necesito un violonchelo. Un violonchelo es la naturaleza de la madera, la resonancia (el eco de las montañas) de su caja, la sensualidad de las formas, el cariño de quien se deja querer y abrazar, la nostalgia de sus notas y la precisión en su elaboración. Y con mi violonchelo a la espalda, caminaré hasta encontrar, primero mi grupo de cámara y, finalmente la orquesta de nuestras vidas.
Feliz fin de concierto.
1 comentario:
Qué bonito texto. Feliz concierto. Y feliz gira. Te escucharemos.
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