19 de enero de 2012

Fotografía, blog y el color blanco


Cuando era pequeña solía jugar con mi madre a algo que me encantaba: relacionar colores con nombres propios. He seguido haciéndolo hasta la actualidad y a veces me descubro poniéndole color a los nombres de mis alumnos cuando escribo las listas de evaluación.

Igual que a los nombres, también les he asignado color, a veces, a los días de la semana, los meses u otros conceptos invisibles. Enero siempre ha sido blanco. Y no precisamente porque haya visto nevar mucho en enero. Simplemente el color blanco es un color simple, tan simple como una e seguida de una n seguida de una e y así sucesivamente. Porque los colores los asocio a la combinación de las letras que forman la palabra que designa el mes. Ah, ¡la mente!

Este enero, además, está siendo metafóricamente blanco. No solo tengo el blog abandonado, tengo mi cámara abandonada, guardada en su funda, dejando pasar los espectaculares cielos de este enero londinense. Cuando volvía a casa del colegio, admiraba los azules, amarillos y rosas que se difuminaban lentamente tras las ramas desnudas de los árboles que marcan el camino a casa. He estado a punto de correr a casa, sacar la cámara y disparar. Pero el blanco de este enero me ha vuelto a paralizar.

No sé si tiene que ver el periodo de re-adaptación a Londres, al idioma, a mis amigos, a las circunstancias que se mantienen y no recordaba y a las que recordaba y van cambiando poco a poco. El hecho es que me siento un poco vacía de cosas que contar. Quizás me he ido despojando de esa necesidad de contar que tenía hace meses o años. Quizás, también, otros soportes como facebook hayan sustituido el placer que antes sentía por escribir.

No escribo en el blog, no fotografío, estoy un poco anestesiada por este frío extraño de Londres. Leo, eso sí. Y disfruto enseñando, hablando de las cosas que creo que sé, descubriendo nuevas palabras en inglés y retomando el placer por escribir e-mails. Porque igual que Moses Herzog, el protagonista de la novela que estoy releyendo, siempre tengo algún pensamiento que anotar en cualquier trozo de papel que aparezca en los bolsillos, en el recuadro pequeño de un e-mail o en el hueco de facebook que me dejas para responder a los tuyos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por fin.
Patricia es de color verde. Y no creo que tenga nada que ver con Irlanda.
Bienvuelta.