Lo admito: estoy hecha una tacaña. Tacaña de palabras. Siempre hace falta que me den un toque de atención para darme cuenta. Andrés se pasa el día diciéndome que el blog no solo se puede alimentar de poemillas, vídeos y enlaces. Que hable. Que diga algo. Pero Andrés no es el único que me pega el toque. Ayer, de nuevo: "¿Qué pasa? -risilla picarona-. Hace mucho que no escribes en el blog...". Pues sí. Pero es que tengo tantas cosas en la cabeza, que acabo haciéndome tacaña a la fuerza, y sé que eso no vale como excusa.
No puedo prometer nada. Porque si prometo que escribiré, seguiré dando la tabarra con el alemán. Porque, por si no te habías dado cuenta, ahora estoy en momento alemán. A ratos le doy a Goethe, o a Shlink. Ahora estoy con Brecht, por aquello de fusionar aficiones: teatro y alemán en un solo pack. Pero estoy convencida de que los aires gallegos volverán, más tarde o más temprano, a instalarse de nuevo en algún rincón de estas páginas. No te preocupes. Sigo siendo la de siempre. Si no doy la tabarra con el alemán, la daré con el gallego.
Mañana te regalo un poema.
1 comentario:
No te veo yo a ti de tacaña. Creo que cada momento tiene su ritmo y su ocupación. Lo que ocurre es que queremos leerte. Pero tú debes seguir tu ritmo. Manolo. Casa L.
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