Las mismas disciplinas que envían al hombre a la luna y destruyen grandes porciones de humanidad por la simple adquisición de poder y supremacía del ser humano, son las que han sacado del interior de la tierra a treinta y tres chilenos que no aspiran a la fama o la gloria, porque no son artistas, ellos simplemente son personas, supervivientes, trabajadores...
Aunque la vuelta a la vida será difícil, volverán a ver la luz del sol y a la gente que más quieren, el mejor regalo del que nadie nos puede despojar. Y la esperanza.
Felicidades a estos hombres y sus familias. Felicidades al ser humano, porque éste es un gran paso para el hombre. A ver si empuja al gran paso de los gobiernos.
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