26 de noviembre de 2010

Inmunizados contra el dolor

El dolor es una gripe pasajera más. Estamos familiarizados con él. El dolor, en todos los idiomas, de todos los colores y bajo todas las ideologías nos llega a través de las ondas y de la pantalla. Pero es un dolor que no duele. Cada día hay un atentado terrorista en el mundo. No es en el mundo que nosotros conocemos, hablo de Rabat, o de Tanzania, hablo de México. Cada día mueren cientos de personas de forma brutal. Y muchos de nosotros somos conscientes de ello. Pero no hay dolor para afrontarlos. Estamos inmunizados contra ese dolor terrible que causan las guerras y los déspotas. Estamos familiarizados con la muerte que nos llega desde miles de kilómetros. Por eso, ayer, mientras en España se repetía desde todos los medios que era el Día Mundial contra la Violencia contra las Mujeres, en el resto del mundo, no pasaba de ser un 25 de noviembre más: sin lazos, sin minutos de silencio, sin celebraciones. En todo el mundo, la primera causa de mortalidad de las mujeres por encima del cáncer o de las enfermedades cardiovasculares, es la violencia de género. Pero nosotros, el mundo en general, estamos tan familiarizados con ella, creemos que es tan nuestra que le dedicamos sólo un día al año o un mes en alguna cadena de televisión.

Hay que concienciarse de que el dolor existe. Por supuesto, no vayamos llorando por las esquinas pensando en la cantidad de personas que están siendo víctimas de un ataque violento, pero agradezcamos, desde nuestra posición privilegiada, que nosotros no sufrimos. Reivindiquemos que se haga visible el dolor. Porque el dolor existe, aunque a nosotros nunca nos haya dolido nada. Recapacitemos al menos un minuto al día sobre esto. Cuando uno se da cuenta de ello, creo que vive una vida que es más vida.

24 de noviembre de 2010

Decisiones

Madurar, hacerse mayor. Estos dos procesos significan una mayor implicación en la toma de decisiones. No nos damos cuenta, pero decidir es algo que hacemos a diario y en casi cualquier circunstancia. Nos pasamos la vida desechando unas variables y aceptando otras y las cosas, afortunadamente, no parece que nos vayan tan mal. Hay decisiones intrascendentes a primera vista pero que pueden abrirnos un sinfín de posibilidades. Otras, sin embargo, las tomamos con precaución, porque son difíciles, porque dudamos y tenemos miedo a las consecuencias. Pero no por eso dejamos de decidir continuamente. Lo primero que hacemos nada más despertarnos por la mañana es tomar la decisión de levantarnos o de zanganear unos minutitos más, aprovechando el calor de la manta. Y desde ese momento, empezamos a escribir la historia de nuestro día.

Ayer tomé una decisión casi intrascendente pero muy importante para mí. Y desde que lo hice, todo me favorece, la vida parece que se abre a mi paso y me ayuda a seguir adelante, sin mirar atrás, sin tiempo para poder arrepentirme de una decisión que, de momento, no es más que positiva. Espero que en unos meses, los resultados sigan siendo tan buenos y yo mantenga esta actitud positiva de miércoles por la tarde con lecturas chaucerianas.

20 de noviembre de 2010

"Las ecuaciones se me dan mejor que la felicidad"

Ayer vi a Elvira en la biblioteca. Me hizo ilusión encontrarla. Hacía un par de días que me había encontrado a Jorge y le había preguntado por ella. Ahí va, con su Magisterio a distancia, sus congresos de traducción y las clases en un colegio de secundaria. En los reencuentros breves uno intenta condensar la información para compartir lo máximo posible en el tiempo que los horarios de la rutina nos permiten. Así que en quince minutos tratamos de ponernos al día de nuestras vidas. Me habló de sus clases de inglés y de sus pequeños de primero de la ESO. Se emocionaba al hablar de uno de ellos, alumno con autismo que está muy interesado en los idiomas. Este niño aprende holandés por su cuenta y trata de traducir sus ideas a otros idiomas. Elvira me contaba que un día, de repente, le preguntó: "Profe, ¿y yo cómo puedo ser feliz?". Unos días más tarde, volvió al tema: "Las ecuaciones se me dan mejor que la felicidad". Emotivo y dramático al mismo tiempo. Parece que es una condición intrínseca de la infancia la felicidad. ¿Por qué un niño de doce años plantea en voz alta la pregunta que nosotros nos hacemos interiormente cada noche? ¿Las personas que padecen autismo son infelices?

Mi compañera Jasha, checa, dice que en su idioma hay un refrán que dice algo así: "La felicidad es como una mosca dorada. Nunca la ves, y no existe. Pero puede que un día la veas, entonces sí existe".

Espero que este niño y todos los niños del mundo encuentren alguna vez la mosca dorada. Todo el mundo tiene derecho a verla alguna vez en su vida.

(20 de noviembre. Día internacional de la Infancia)

18 de noviembre de 2010

Cuando el sueño puede más contigo que todas las cosas interesantes que tienes que hacer...

... es hora de descansar.

Eso también es vida.

Fluir de conocimiento. Todo permanece



¿Qué pasaría si el conocimiento se estancara y solo dispusieran de él unos cuantos privilegiados?
Eso ya pasaba hace siglos y parece que las sociedades evolucionaban más lentamente. La imprenta y otros medios de comunicación facilitaron ese flujo de sabiduría universal del que disfrutamos hoy en día. Sin anacronismos. Sin embargo, a veces da la sensación de que falta información, de que se nos cuentan las cosas a medias o mal; se disfraza la realidad con demagogia e hipocresía y nos llega en fragmentos que se nos presentan reales y no lo son. Me da miedo pensar en el modo en el que se nos manipula desde no sé muy bien qué asientos. Recibimos toneladas de información, sí. Pero, ¿es relevante? ¿Cómo aprender a gestionar todo lo que recibimos sin que la anti-realidad nos absorba y pensemos que somos conscientes de lo que pasa en el mundo cuando -de hecho- no lo somos?

Sé que en mis palabras de arriba mezclo indiscriminadamente información con conocimiento, pero lo hago porque considero que la información proporciona sabiduría y ésta libertad. ¿Somos realmente libres o por encima de nosotros hay un narrador que modifica nuestros pensamientos a su antojo? Si tal cosa ocurre, habrá que cargar contra ese narrador, que intuyo que es el sistema -sí, así de abstracto- y plantarle cara para evitar caer atrapados en una tela de araña en la que parece que a nuestro alrededor nada ocurre, nada cambia: todo permanece.

17 de noviembre de 2010

Hope

Hay un haz de esperanza en las hojas anaranjadas que nos regala el otoño.
La esperanza de la limpieza y la renovación. La esperanza del renacimiento y del volver a empezar.

¡Me encanta el otoño!

16 de noviembre de 2010

Ciudades

Si hiciéramos una lista de las diez ciudades preferidas por cualquier persona -al menos del mundo Occidental desde nuestro punto de vista: Europa, Australia, EEUU-, habría en primer lugar una ciudad que es la Ciudad. Con mayúsculas. Por antonomasia. Querida, deseada, soñada, imaginada, llorada, alabada, vista y revista en tantísimas ocasiones a través de la pantalla grande y de la chica, cantada, abrazada, homenajeada tantas veces, leída, recorrida a través de la literatura de Auster o de Martín-Gaite, poblada de personajes insólitos. La ciudad para la que todos los adjetivos que se nos puedan imaginar se quedan cortos es una ciudad a cuyos habitantes quiero hoy homenajear. Porque en la cocina de mi blog hay un pajarito que me dice que últimamente recibo muchas visitas desde allí. Para ellos y para cualquiera que alguna vez la haya soñado. Aquí está: New York. Con la añoranza sana de aquel que no conoce algo pero aún así lo desea desde bien dentro.

15 de noviembre de 2010

Amables colegas:

El lenguaje no es sexista. Los sexistas somos los hablantes. Posiblemente ya hubieras caído en ello hace tiempo, pero es importante plasmarlo por escrito -verba volant scripta manent- para ver la repercusión que tiene esto. El lenguaje es una herramienta potentísima que utilizamos como queremos. La mayoría de las veces la usamos simplemente para comunicarnos, pero en esos usos prácticos, la cargamos de elementos que nos permiten, a la vez que nos comunicamos, manejar a nuestro interlocutor. Hasta ahí todo claro.

El idioma, el lenguaje, la palabra se ha utilizado per saecula saeculorum como fuente de autoridad. Sobre todo desde los púlpitos. Y siempre se le dio mayor importancia a la palabra escrita -infalibilidad de las Escrituras- que a la palabra oral en ciertos ámbitos. Pero llegaron la radio y la televisión y la oralidad recuperó su valor, su estatus. Siempre he creído que oralmente uno comunica y que por escrito adoctrina. No sé, no sé... Ese no era el tema de la entrada de hoy. El caso es que a través de la oralidad, a través del uso real del idioma, a través de su manejo como herramienta eficaz de comunicación es por donde se empiezan a colar el sexismo o la intolerancia.

Esto es un "coñazo" y lo otro "cojonudo", "tu puta madre", "¡qué zorra la tía esa!", ese chaval es un "machote" y algunas expresiones más demuestran que el lenguaje es sexista. Pero ojo, que el discurso de izquierdas no nos lleve a engaño y empecemos a creer que decir "los alumnos", a secas, es sexismo del lenguaje. Eso forma parte de nuestra gramática universal. En español siempre se ha formado así el plural: masculino + femenino = masculino plural. Pero eso no quiere decir que el lenguaje sea sexista. Simplemente que seguimos el patrón latino de la formación del plural. Pero además hay que tener cuidado con los singulares no marcados genéricamente (esto es, los que no terminan en -a u -o, que en español son los morfemas flexivos que marcan género), para que no caigamos en la creación absurda de palabras que no tienen mucho sentido, como "miembra" o "policío". Igual que los adjetivos "amable", "alegre" o "feliz" no hacen concordancia de género, porque directamente no tienen marca para este valor gramatical, los sustantivos anteriores no tienen que hacerla.

Pero vivimos en la era de lo políticamente correcto y dirigirse públicamente a una audiencia mixta como "estimados oyentes" es síntoma de machismo lingüístico y ahora se recurre en la oralidad al "estimados y estimadas" y en el lenguaje escrito a cosas como "estimados/as" o incluso "estimad@s". Para evitar las barras y las arrobas y mantener la corrección política, tengo una profesora que cuando envía e-mails a sus compañeros de departamento, en los que se encuentran varones y mujeres, opta por la selección de vocabulario no marcada genéricamente. Así, con un "amables colegas" nadie se ofende, y todos y todas tan contentos y contentas.

14 de noviembre de 2010

La mandolina del compositor Vivaldi

Se me hace difícil entender una mañana de domingo sin varias cosas: tostadas calientes con mermelada de frambuesa, un café grande, la limpieza apresurada de la capa de polvo que se ha reposado tras días de trabajo en la mesa de estudio, el artículo de Elvira Lindo en El País, la resolución del crucigrama del mismo periódico, un vistazo por la ventana para sentir caer las gotitas de lluvia y -siempre, siempre- una pieza de música clásica que me recuerde los domingos de la infancia en los que la casa se llenaba del Amor Brujo de Falla.

Hoy la mandolina de Vivaldi, para mantener las costumbres de las mañanas de domingo. En el fondo, el domingo no es tan mal día como lo pintan:

12 de noviembre de 2010

9 de noviembre de 2010

La caída de los mitos, el renacer de realidades

Uno se siente bien cuando por fin se le caen los mitos y la realidad se le presenta tal cual es, sin máscaras, sin idealizaciones. Y como la realidad siempre supera a la ficción, es maravillosa la caída de los mitos y el ascenso a la vida inmaculada.

8 de noviembre de 2010

Sin tiempo

Las uvas de la ira están robándome los últimos días. Parece que sólo salgo del cascarón para reaccionar contra la visita del Papa y el alcalde de Valladolid. Y no. También quiero regalarte algo bonito. Una música elegante. Se hace rápido, llena el alma de paz y no deja en blanco el hueco del lunes. Disfruta de este fascinante grupo alemán de música folk y antigua. Se llaman Faun y llenan los lunes de la calma de las nubes. Como todo lo medieval, como toda buena melodía.

Feliz comienzo de semana:

6 de noviembre de 2010

Que Led Zeppelin bendiga este blog

Porque yo no voy a apuntarme a esta moda de sacar a Dios a la vida pública.

La religión se pasea por este país libremente, con total impunidad. La religión cristiana expresada mediante la institución eclesiástica y su jefe máximo andan a sus anchas en este país, y más desde que se está replanteando no seguir adelante con las reformas de la Ley de Libertad de Conciencia. Me parece una vergüenza.

El Papa viene a España. Fenomenal. Pero, ¿qué es eso de bendecir el Centro Internacional de Prensa de Santiago en un acto público? ¿Y qué hay del alcalde de Santiago que exhorta a los ciudadanos a que participen de las actividades religiosas programadas para el evento? ¿Por qué religión y Estado siguen estando unidos con lazos tan estrechos? ¿Es que todavía no nos hemos dado cuenta de que el feudalismo murió hace siglos? Lamentablemente, en España, Iglesia y Estado han ido de la mano desde siempre y cuando empezó a cambiarse esto durante la II República se trató al gobierno de rojo, infiel y hereje. Con Franco y los gobiernos posteriores no hicimos más que dar pasos de cangrejo. La religión no debe entrar en la vida pública. Los actos religiosos no deben pagarse con el dinero de los contribuyentes. La televisión pública no debe forzar a los espectadores a ver el evento. Y no pueden hacer que una opción como otra cualquiera sea la opción obligatoria por mantener una tradición.

España es un país que camina hacia la modernidad y va dando pasos hacia ella. Eso se nota en muchas de sus políticas. Pero en este punto, el gobierno se está cubriendo de gloria. Querrán también, los miembros del Parlamento, obtener la indulgencia plenaria. Para seguir actuando anti-humanamente. Si con un arrepentimiento final está todo solucionado, no me extraña que quienes presuman públicamente de buenos cristianos, se comporten como verdaderos demonios.

Yo para subir al cielo no quiero al Papa. Me conformo con la escalera de oro de Led Zeppelin.

5 de noviembre de 2010

Un poco de luz para estos días oscuros

O poesía callejera, para afrontar con belleza la realidad del día a día.

[pincha sobre "poesía callejera" y date una vuelta por Lavapiés poético].

4 de noviembre de 2010

¿Tú como gestionas tu adrenalina?

Por lo que se ha visto en las últimas semanas hay más de "un perfecto mierda" pululando alegremente por el círculo político, "cultural" y social. Esos "perfectos mierdas" que no saben criticar si no es agarrando un insulto y aplicándoselo al primero que se les ponga en el camino y no les caiga particularmente bien. Creo que hay problemas de fondo con estas personas. Puede que necesiten soltar la adrenalina por algún sitio. O quizás lo que les ocurra es que son tan perfectos mierdas, tan poca cosa, que necesitan recurrir al insulto fácil, a la grosería, a la falta de educación, a la intolerancia, a la inmoralidad... todo para conseguir sentirse más grandes personas. Unos venderán más ejemplares de sus memorias, otros recibirán la palmadita en la espalda del público elector y otros se sentirán encantados por recibir algunos miles de visitas más en Twitter. Unos se jactan de proxenetas, otros se ríen de la sensibilidad ajena y luego están esos que hablan por hablar, enseñan la podredumbre de sus almas a través de sus perfectos y ortodonciados dientes y hablan de la boca de los demás. Una vergüenza.

La pequeñez moral de estas personas se suple con su suprema estupidez. Y su necesidad de encontrarse en el ombligo del mundo hace que se vendan por un puñado de borreguiles secuaces que les ríen la gracia, sin darse cuenta -los últimos- de que se viene abajo el sistema de valores y no estamos más que propiciándolo mientras dejamos que sigan sentados en un sillón que es como el de nuestra casa, que se planten en nuestras pantallas y que dirijan un poco de nuestras vidas. Una vergüenza.

Algunos pensarán que es por soltar adrenalina. Los hay que hacen puenting para desestresarse de su vida. Otros rezan. Algunos practican deporte o van a un concierto de rock. Los inhumanos practican la inhumanidad. Y los que les ríen la gracia... esos creo que ni siquiera saben muy bien qué es lo que hacen.

¿Tú cómo sueltas adrenalina? Yo mañana me voy a un concierto de rock.

1 de noviembre de 2010

Elvira Lindo y la paciencia.

Elvira Lindo es una escritora a la que el público ha encasillado. Hace más de una década, su personaje dirigido a los jovencitos españoles le retribuyó éxito y reconocimiento en el mundo de la escritura. También le dio mucho dinero para dedicarse a seguir trabajando en lo que le gusta: el periodismo de calidad y la literatura desencasillada. Aún así, seguimos recordando a Lindo por sus "tintos de verano" y su Manolito de Carabanchel. Pero ya vamos siendo más los lectores que la apreciamos por sus lúcidas columnas del domingo y su literatura de calle, de carne y hueso.

Personalmente, considero a Elvira Lindo una autoridad. Considero que sabe de lo que habla cuando habla de algo. Se documenta. Es educada y usa un lenguaje directo que no daña. Ayer mismo, reconocía en su columna dominical que practicaba la autocensura y medía bien las palabras que empleaba, partiendo de la premisa de que todas las personas merecemos ser respetadas. Y en ese mismo artículo, hablaba Elvira del encasillamiento que sufrimos mujeres y otros sectores de la población que no nos ceñimos al canon de varón de clase media-alta blanco. Para alguien que ha sido encasillada por escritora de literatura infantil y peridista-humorista, ejercitar el "músculo de la paciencia", como ella misma lo llama, debe ser algo habitual, común, idiosincrático.

De personas pacientes como Elvira Lindo y que han sabido afrontar años de profesionalidad sin ceder a críticas absurdas que han llegado incluso a colocarla a la sombra de su marido, es de quien quiero aprender. Y de quien muchos deberían aprender. Esta semana le toca al alcalde de Valladolid, pero él es una simple encarnación de tantos otros hombres (varones y mujeres, esta vez) que pululan por esta sociedad sin una pizca de educación, sin elegancia, sin humanidad. Ojalá todos leyeran las palabras de Lindo:

EL CHISTE VERDE

¿Qué es lo que tiene en la cabeza el alcalde de Valladolid? No lo sé, ni me interesa, como no me interesa lo que tiene en la cabeza tanta gente con la que a lo largo de los días ejercito mi paciencia, ese músculo que las mujeres, los negros, los homosexuales, los inmigrantes, los pobres, los judíos en según que sitios, los musulmanes en según que otros, y tantos seres humanos que por diversas razones se ven con frecuencia en condición de subordinados, ejercitan como si fueran deportistas de carreras de fondo. No quiero saber si el señor alcalde dijo lo que dijo porque piensa que las mujeres (las que no militan en su partido) alcanzan un puesto por méritos inconfesables o es que desde que asumió el cargo descubrió algo que vuelve humoristas a muchos políticos: que dijera lo que dijera siempre tendría micrófonos delante y unos cuantos pelotas dispuestos a reírle las gracias. No sé lo que tiene en la cabeza. Sé lo que dijo. También lo saben la señora De Cospedal y el señor Rajoy. De la señora De Cospedal, como de todas las mujeres que ostentan cargos en el PP, me decepciona que aun afeando las palabras de su compañero pase a perdonarlo en una misma frase. Debiera de saber la señora Cospedal que si a ella la respeta es por una razón mezquina: militan en el mismo partido. Los políticos españoles han conseguido que esa sea su razón suprema. En cuanto al señor Rajoy, ay. Qué malo es dejarse querer por aquellos que tan a menudo escupen por sus bocas la palabra maricón o zorra. Si el señor Rajoy hubiera cortado por lo sano este lamentable asunto animando a dicho alcalde a que abandonara el puesto, no hubiera provocado que en tantos foros acabaran riéndole la gracieta a este gran humorista de la taberna política. Pero Rajoy es ese hombre que tiene cosidas las manos dentro de los bolsillos y solo levanta los hombros de vez en cuando como diciendo "esto no va conmigo". Esa disculpa implícita concede razones tramposas a quien no está dispuesto a respetar la dignidad del adversario: la culpa de todo, dicen, la tiene Pajín, por incompetente. ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? ¿Haremos también chistes racistas con un negro si un día llega a ostentar un puesto y consideramos que no está suficientemente preparado? Hay personas que ante el comentario del señor alcalde se llevaron las manos a la cabeza. Será porque no leen determinadas columnas, no escuchan algunas tertulias o no son sensibles a la rabia que la presencia de las mujeres en la vida pública ha provocado en ciertos hombres, aplaudidos patéticamente por ciertas mujeres. Periodistas, columnistas y políticos, responsables de la pedagogía democrática, llevan trabajando durante años para que los gritos, los insultos, las alusiones al físico, la indumentaria, el origen de las personas o sus preferencias sexuales sean moneda corriente en la vida pública. Cuando los estudiantes de periodismo me preguntan si me someto a autocensura en estos artículos, respondo aquello que en principio no esperan oír: ¡claro que sí! Pienso dos veces lo que escribo, me arrepiento si he herido sin fundamento a alguien y no me fío de las personas que presumen de soltar lo primero que se les viene a la boca. Detesto la sinceridad patosa e hiriente. Escribo sometida a una norma estricta: todos los seres humanos tienen los mismos derechos. No vale sacarle los colores a un político de la derecha más rancia y celebrarle el chistecillo a Guerra cuando llama "mariposón" a Rajoy o a Blanco cuando habla de aquellos a los que se les ve "el plumero". Si fueron educados en otra España, que se reformen. Pueden aprender de muchos ancianos españoles que sin haber tenido estudios, tribuna desde la que ser escuchados, coches oficiales y una nube de pelotas a su alrededor, aprendieron aceleradamente lo que es la democracia. Hoy disfrutan de haber traído al mundo hijas independientes, han sabido aceptar la condición gay de algún hijo o nieto y han ensanchado en suma su tolerancia. Ahora muchos de ellos están asustados por cómo hablamos en las televisiones, por la grosería con la que escribimos, por la constante falta de respeto al buen gusto que demostramos con nuestras palabras. ¿Se merecen este espectáculo tan zafio? En el revuelo de comentarios críticos que siguieron a las declaraciones del señor alcalde se afirmaba que era la presencia de las mujeres en política la que venía provocando esta reacción furiosa. Tal vez sea lo más visible, pero no es el único sector que padece la burla de esos resentidos que no aceptan como iguales a los que son distintos de ellos. No hay mujer que en su vida no haya padecido la condescendencia masculina, no hay mujer que no haya tenido que soportar en el trabajo el dichoso diminutivo que aniña, no hay mujer que tenga un trabajo público que no haya sentido que se la juzgaba de manera distinta por serlo. La paciencia es el músculo más desarrollado de las mujeres. No sé qué tiene en la cabeza el alcalde de Valladolid. Sé lo que dijo. Y no puedo evitar pensar que siendo, como este señor será, un defensor de la institución familiar, ¿no le dio vergüenza que un comentario tan soez llegara a oídos de sus hijos? Nuestros padres acostumbraban a echarnos del cuarto y a bajar la voz cuando iban a contar un chiste verde.

Elvira Lindo en El País, 31 de octubre de 2010.