Hablo aquí de Patricia, o Patri, o Pat, o incluso "la profe de lengua", porque nos encontramos el viernes escuchando poesía. Los brazos siempre abiertos al abrazo, y en sus palabras: sus chicos de teatro, Lola, el blog, la adaptación de Valle-Inclán, el recuerdo de los compañeros que yo también conozco: Rocío, Paco, Carmen,... y todos los profesores que este año están de prácticas en El Olivo. La incombustible Patricia levanta el ánimo hasta al más alicaído. A veces creo que mucha de la chispa que tiene El Olivo la tiene gracias a ella. Sé que si lee esto se sonrojará y comenzará a enumerar uno a uno a todos los alumnos, profesores y otros miembros del centro que le dan esa vida especial al instituto y dirá que todos hacen que sea lo que es. Porque Patricia además es muy humilde.
Me gusta pensar que hay gente en educación, y en otras facetas de la vida, que le ponen esa alegría al trabajo, que le ponen sonrisa a la vida y facilitan un poco el día a día. Me gusta pensar que en Patricia no hay solo una tocaya o una colega, sino un hombro, la sonrisa en el momento adecuado, el blog brillante de un instituto que se ha cargado de una fama que no se merecía y que está resurgiendo gracias a la labor de gente tan increíble como mi tocaya y otros tantos en los que ahora también pienso, y que tú tan bien conoces.
Te regalo un poquito del blog de El Olivo, la carta que rescataron para nosotros el día de San Valentín. Un encuentro precioso con Miguel Hernández y el amor puro. Un encuentro con el compromiso literario y cultural del instituto donde tantas cosas yo aprendí:
Revista Cienoliletras (pincha en el enlace y déjate llevar)
3 comentarios:
Es justo, Patricia, todo lo que dices de Patricia. Me parece que vive con entusiasmo y entusiasma. Me parece que es cariñosa y encariña. Debe de ser una gran profesora y es una gran persona. Una referencia.
Suscribo todo lo que dices de Patricia, y añado que es un verdadero placer trabajar con ella, por porfesional, por generosa, por ingeniosa... por todo.
Lola Sevila
Ains, que es verdad que me suben los colores. Lola y Yolanda me asaltaron en la sala de profes y con mucho misterio me sentaron delante del ordenador a leerlo, a leerte.
Gracias, Patri por tus cariñosas palabras. Hace tiempo hubiera deseado que me tragara la tierra, pero ahora he aprendido a recibir y aceptar. Y así, con el corazón en calma, recibo todo lo que me expresas para guardarlo en mi despensa de los afectos, en el estante de los íntimos recuerdos.
Tú sabes que me entusiasma la tarea docente y que a pesar de las dificultades, intento que brille la alegría, la ilusión, la comprensión y el respeto. El camino de los profesores no es fácil, hay que luchar contra la apatía, caminar por la cuerda floja buscando ese difícil equilibrio entre el mimo y la autoridad, pesan demasiado los laberintos de las complicadas situaciones familiares y emocionales de los alumnos... Pero en esta profesión he tenido la suerte de encontrarme compañeros y amigos que tú y yo compartimos y de los que tanto hemos aprendido: Carmen, Yolanda, Lola, Manolo... Seguiremos creciendo y aprendiendo en la intensidad de esta tarea.Seguiremos sumando blogs, sonrisas, poesía, música y charlas en cualquier esquina de la vida.
Gracias, corazón.
PAT
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