Mi amigo Manuel dice que el Carnaval es catarsis. Uno en carnaval deja de ser él mismo y se convierte por unas horas en alguien diferente. La máscara tiene el poder de transformarnos por dentro y por fuera. Como el teatro, añadiría Emilio.
Creo que el poder catártico del carnaval y del teatro yo lo vivo también en el rock. Que nos den una sala llena de gente, rock and roll a todo volumen y las letras de las canciones bien aprendiditas para gritarlas y desahogarnos en el grito.
La forma más natural de salvarse a través de la música.
2 comentarios:
La música es catártica. Y el Carnaval, también. Pero no porque nos transformen en otro, sino porque nos permiten ser uno mismo. El disfraz no nos hace ser otro, sino que nos quita el disfraz habitual, el cotidiano, y saca de dentro lo que realmente somos y nos callamos todos los días. La música a mí me quita la escamas inútiles y molestas que se me van acumulando en la mente y me hace ser más yo, me permiten recobrar algo más mi identidad.
A ver si esta tarde es posible enviarte algo. Un beso.
¿Y si en realidad lo que hacemos en Carnaval es disfrazarnos de lo que nos gustaría ser más que sacar nuestro yo más profundo?
Es que yo ya lo dudo.
Anímate. Descansa.
Un beso.
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