Todo cambia.
Creo que esto ya lo he dicho antes, además utilizando las palabras de Mercedes Sosa. Y es verdad, todo cambia. Y lo bonito es darse cuenta de ello, ser conscientes de que dejamos de ser un poco nosotros para convertirnos en unas versiones, posiblemente mejoradas, de nosotros mismos pero del futuro. Nosotros más nosotros que nunca.
Digo que todo cambia porque últimamente me he dado cuenta de que me gustan cosas que antes no me gustaban, que empiezan a dejar de gustarme otras y que las cosas malas que estaban atrás y de las que quedaban aún remanentes, comienzan a perder interés y fuerza, por lo que suelto lastre y vacío la maleta para lo nuevo que viene pegando fuerte. El cambio es siempre un alivio. Ayer me dijo una amiga que consideraba que yo era "refreshing", y posiblemente sea por esa capacidad que tengo de adaptarme al cambio o por lo cambiante que soy yo misma. No sé si ser refreshing debo tomarlo como un cumplido, pero me gustó que me definiera así, porque en cierto modo así es también como yo me siento últimamente.
Ha habido en mi vida pequeños y grandes cambios. Como anécdota diré que ahora, tras años renegando de ellos, me gustan el italiano y los musicales. Vivir para creer.
1 comentario:
Ciertamente, la vida da muchas vueltas. Pero ¿hasta el punto de que te gusten los musicales? Tengo que permanecer con la mente muy abierta para imaginarme en mí esa posibilidad. Todo es siempre posible, pero...
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