28 de agosto de 2008

Donde habite/habita el olvido

Y hablando de olvidar...


Joaquín Sabina, con el indicativo

y Luis Cernuda con subjuntivo:

DONDE HABITE EL OLVIDO

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

--
Cernuda otorga el beneficio de la duda al olvido, porque ¿sabemos si de verdad habita en alguna parte?, por eso utiliza el subjuntivo. Sabina (creo que la letra es de Enrique Morente), sin embargo, emplea el indicativo, parece que sabe donde está el olvido.

¿Vosotros qué opináis?

27 de agosto de 2008

Septiembre y los coleccionables

Lo que les faltaba...



BLUES

Sólo la noche es el paraíso: duermen los hombres.

Los sueños abren las ventanas
y se lamen las heridas en las playas y en las orillas

de los ríos.

Los sueños cantan con la garganta helada.
Como esclavos, hacen sonar los tambores.

Manuel Rivas



26 de agosto de 2008

Rafael Alberti, Rosa León y El corazón helado

Parece mucha información y muy densa la que se acumula en el título de esta entrada. Sin embargo, está todo relacionado.

1) De Rafael Alberti me encanta su poemario Sobre los ángeles, aquel a través del cual descubrí al Alberti vanguardista del que me enamoraría (filológicamente hablando) al comienzo de mis años universitarios. Poco sabía entonces del Rafael Alberti social, del exiliado.


2) A Rosa León la conocí de pequeña. Tengo una amiga a la que sus padres la llevaban de pequeña a las fiestas del PC y a los mítines de IU, de ahí su pasión por Anguita, quien parece ser que le dio algún caramelito de propaganda y le regaló la mejor de las sonrisas que ella recuerda (quizás esté exagerando -yo-). A mí, mis padres me llevaban a la Feria del Libro de mi ciudad y uno de aquellos años conocí en persona a la mujer que había alimentado mis oídos infantiles con canciones tan típicas como la del ratón del señor Martín.



1 + 2) Años después de aquel "concierto-recital" de Rosa León, descubrí que además de cantar canciones infantiles, Rosa se dedicaba a cantar poemas de algunos de los escritores más leídos de las últimas décadas. Entre ellos Rafael Alberti. Conseguí un disco que se llama Paloma desesperada en el que además de poemas de Alberti cantados por Rosa León, había poemas de Alberti recitados por él mismo.



3) Y aquí viene El corazón helado: Este verano he leído con ganas la última novela de Almudena Grandes que lleva por título este sintagma homenaje a Antonio Machado. Es cierto que "una de las dos Españas" ha de helarnos el corazón. No sé si a mí desde la distancia se me llegó a enfriar algo el músculo de la vida, pero desde la cercanía de los hechos narrados por Grandes sí sentí por primera vez algo así como un escozor lento y profundo. Un escozor frío. Una de las dos Españas me estaba helando el corazón a través de los personajes de Almudena Grandes.



Eso, y un poema de Rafael Alberti que me resulta desgarrador. Ahí va:

"Ese General"

-Aquí está el general.
¿Qué quiere el general?
- Una espada desea el general.
-Ya no existen espadas, general.
¿Qué quiere el general?
-Un caballo desea el general.
-Ya no existen caballos, general.
¿Qué quiere el general?
-Otra batalla quiere el general.
-Ya no existen batallas, general.
¿Qué quiere el general?
-Una amante desea el general.
-Ya no existen amantes, general.
¿Qué quiere el general?
-Un gran tonel de vino desea el general.
Ya no hay tonel ni vino, general.
¿Qué quiere el general?
-Un buen trozo de carne desea el general.
-Ya no existen ganados, general.
¿Qué quiere el general?
-Comer yerbas desea el general.
-Ya no existen los pastos, general.
¿Qué quiere el general?
-Beber agua desea el general.
-Ya no existe más agua general.
¿Qué quiere el general?
-Dormir en una cama desea el general.
-Ya no hay cama ni sueño, general.
¿Qué quiere el general?
-Perderse por la tierra desea el general.
-Ya no existe la tierra, general.
¿Qué quiere el general?
-Morirse como un perro desea el general.
-Ya no existen los perros, general.
¿Qué quiere el general?
¿Qué quiere el general?
Parece que está mudo el general.
Parece que no existe el general.
Parece que se ha muerto el general
que ya, ni como un perro, se ha muerto el general,
que el mundo destruido, ya sin el general,
va a empezar nuevamente, sin ese general.

25 de agosto de 2008

mesa pola normalización lingüística

Instituciones de apoyo a la normalización lingüística del gallego en Galicia.

www.amesanl.org/quensomos.html

24 de agosto de 2008

José Saramago y los niños



Hablaba yo un día con una amiga filósofa y apasionada de Saramago y con otro muy buen amigo, el que me enseñó el cuento que os enseño yo ahora, sobre el escritor portugués y su literatura, y también sobre la literatura infantil, que no debemos dejar de apreciar, porque puede sorprendernos con historias fabulosas. A mi amiga la filósofa no le convencía aquello de la literatura infantil y tuvimos que recurrir a esta historia de Saramago y su flor gigante. Espero que ahora, cuando escuche el cuento en la voz de su autor y vea las imágenes, empiece a disfrutar de la buena literatura infantil, la que es tan difícil de escribir incluso para un genio como el que tenemos entre manos.