26 de agosto de 2008

Rafael Alberti, Rosa León y El corazón helado

Parece mucha información y muy densa la que se acumula en el título de esta entrada. Sin embargo, está todo relacionado.

1) De Rafael Alberti me encanta su poemario Sobre los ángeles, aquel a través del cual descubrí al Alberti vanguardista del que me enamoraría (filológicamente hablando) al comienzo de mis años universitarios. Poco sabía entonces del Rafael Alberti social, del exiliado.


2) A Rosa León la conocí de pequeña. Tengo una amiga a la que sus padres la llevaban de pequeña a las fiestas del PC y a los mítines de IU, de ahí su pasión por Anguita, quien parece ser que le dio algún caramelito de propaganda y le regaló la mejor de las sonrisas que ella recuerda (quizás esté exagerando -yo-). A mí, mis padres me llevaban a la Feria del Libro de mi ciudad y uno de aquellos años conocí en persona a la mujer que había alimentado mis oídos infantiles con canciones tan típicas como la del ratón del señor Martín.



1 + 2) Años después de aquel "concierto-recital" de Rosa León, descubrí que además de cantar canciones infantiles, Rosa se dedicaba a cantar poemas de algunos de los escritores más leídos de las últimas décadas. Entre ellos Rafael Alberti. Conseguí un disco que se llama Paloma desesperada en el que además de poemas de Alberti cantados por Rosa León, había poemas de Alberti recitados por él mismo.



3) Y aquí viene El corazón helado: Este verano he leído con ganas la última novela de Almudena Grandes que lleva por título este sintagma homenaje a Antonio Machado. Es cierto que "una de las dos Españas" ha de helarnos el corazón. No sé si a mí desde la distancia se me llegó a enfriar algo el músculo de la vida, pero desde la cercanía de los hechos narrados por Grandes sí sentí por primera vez algo así como un escozor lento y profundo. Un escozor frío. Una de las dos Españas me estaba helando el corazón a través de los personajes de Almudena Grandes.



Eso, y un poema de Rafael Alberti que me resulta desgarrador. Ahí va:

"Ese General"

-Aquí está el general.
¿Qué quiere el general?
- Una espada desea el general.
-Ya no existen espadas, general.
¿Qué quiere el general?
-Un caballo desea el general.
-Ya no existen caballos, general.
¿Qué quiere el general?
-Otra batalla quiere el general.
-Ya no existen batallas, general.
¿Qué quiere el general?
-Una amante desea el general.
-Ya no existen amantes, general.
¿Qué quiere el general?
-Un gran tonel de vino desea el general.
Ya no hay tonel ni vino, general.
¿Qué quiere el general?
-Un buen trozo de carne desea el general.
-Ya no existen ganados, general.
¿Qué quiere el general?
-Comer yerbas desea el general.
-Ya no existen los pastos, general.
¿Qué quiere el general?
-Beber agua desea el general.
-Ya no existe más agua general.
¿Qué quiere el general?
-Dormir en una cama desea el general.
-Ya no hay cama ni sueño, general.
¿Qué quiere el general?
-Perderse por la tierra desea el general.
-Ya no existe la tierra, general.
¿Qué quiere el general?
-Morirse como un perro desea el general.
-Ya no existen los perros, general.
¿Qué quiere el general?
¿Qué quiere el general?
Parece que está mudo el general.
Parece que no existe el general.
Parece que se ha muerto el general
que ya, ni como un perro, se ha muerto el general,
que el mundo destruido, ya sin el general,
va a empezar nuevamente, sin ese general.

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