Ayer vi a Elvira en la biblioteca. Me hizo ilusión encontrarla. Hacía un par de días que me había encontrado a Jorge y le había preguntado por ella. Ahí va, con su Magisterio a distancia, sus congresos de traducción y las clases en un colegio de secundaria. En los reencuentros breves uno intenta condensar la información para compartir lo máximo posible en el tiempo que los horarios de la rutina nos permiten. Así que en quince minutos tratamos de ponernos al día de nuestras vidas. Me habló de sus clases de inglés y de sus pequeños de primero de la ESO. Se emocionaba al hablar de uno de ellos, alumno con autismo que está muy interesado en los idiomas. Este niño aprende holandés por su cuenta y trata de traducir sus ideas a otros idiomas. Elvira me contaba que un día, de repente, le preguntó: "Profe, ¿y yo cómo puedo ser feliz?". Unos días más tarde, volvió al tema: "Las ecuaciones se me dan mejor que la felicidad". Emotivo y dramático al mismo tiempo. Parece que es una condición intrínseca de la infancia la felicidad. ¿Por qué un niño de doce años plantea en voz alta la pregunta que nosotros nos hacemos interiormente cada noche? ¿Las personas que padecen autismo son infelices?
Mi compañera Jasha, checa, dice que en su idioma hay un refrán que dice algo así: "La felicidad es como una mosca dorada. Nunca la ves, y no existe. Pero puede que un día la veas, entonces sí existe".
Espero que este niño y todos los niños del mundo encuentren alguna vez la mosca dorada. Todo el mundo tiene derecho a verla alguna vez en su vida.
(20 de noviembre. Día internacional de la Infancia)
3 comentarios:
:)hay veces que una sonrisa lo dice todo...
precioso!
p.
Trágico y bonito a la vez, P. La felicidad es muy paradójica, muy esquiva. Aparece cuando no la buscas y se oculta si tratas de encontrarla. Yo creo que sólo se consigue cuando se actúa como lo que se es. Lo cual no es mucho decir, pero sí algo.
Estoy demasiado fuera de mi. A ver si me concentro un poco y te escribo y nos vemos. Un beso.
¡A mi también me hizo mucha ilusión verte! Espero que otra vez pueda ser con más tiempo y calma...
Es curioso lo de los niños y la felicidad... ¿hasta qué punto es consciente este niño de ella? Hoy contaba el jefe de estudios que le había dicho "sólo me enseñáis habilidades sociales, y yo lo que quiero es dinámicas para ser feliz"... se ve que es un tema que le obsesiona bastante, como a los mayores...
¡Un abrazo!
Publicar un comentario