Parece que al final los jóvenes españoles (los de cuerpo o espíritu joven) sí que nos movilizamos ayer porque estamos indignados. Ayer acudí a la cita a la que las redes sociales me habían convocado y me sorprendí por varias razones y saqué varias reflexiones:
a) Internet, igual que en los países árabes, es la herramienta. No hay duda de ello. Podemos no leer periódicos en papel, pero las actualizaciones de Facebook y los twits nos informan al segundo de lo que ocurre. Y ante información real enviada por gente como nosotros (de la que se supone objetividad), no se puede dar la espalda.
b) Algunos no quieren aún entender que la plataforma #nolesvotes no arenga a las masas a no votar. No señor, nos da una llamada de atención, un toque. Incluye el pronombre de CD "les" y nosotros interpretamos la referencia como queremos. En la manifestación de ayer, todos lo teníamos bastante claro. Algunos, sin embargo, todavía creen que nos están lavando el cerebro para no votar. Y qué confundidos están. El 22 de mayo vamos a estar a pie de urnas, que es otra forma de revolución silenciosa. E igual que yo ayer estaba convencida del éxito de la convocatoria, estoy convencida de que va a haber cambio. Quizás sea un cambio inapreciable a simple vista. Pero los jóvenes ya hemos despertado, a ver quién quiere volver a meternos a la cama, que es algo así como un redil.
c) Me pregunto si todos los que estábamos ayer en la calle sabíamos exactamente de qué iban los tiros. He leído en foros y diversos blogs que la gente habla de la "revolución armada", como en Libia. Me sorprende. ¿No se busca una democracia real? El pueblo reprimido por y con violencia tampoco nos conduce a una democracia real, ¿o crees que sí? Mira el ejemplo de Libia. Al final se ha convertido en un conflicto bélico internacional y quien más lo sufre son las víctimas de la revolución. Seamos sinceros. ¿Estamos dispuestos a perecer también los españoles en esta lucha? ¿Por qué? Si ya hemos comprobado que las palabras pueden movilizarnos y pueden sacar lo mejor de nosotros.
d) Lo de ayer demostró una vez más que hay que tener esperanza en los cambios y que cuando los pueblos se levantan es que algo se está gestando. Ya sea que el parado no puede irse de vacaciones, ya sea que el estudiante se vea sin futuro, ya sea porque nos sentimos engañados por quienes nos representan políticamente y por la oposición, pero algo intuimos todos los que ayer salimos a la calle. Y esa intuición, estoy convencida, no va a quedar en una mera impresión.
Esperemos al 22 de mayo. Sal a votar, celebra el día de la democracia y reflexiona bien acerca de las opciones que se te presentan. No seas visceral. Vota con conocimiento.
1 comentario:
como dije ayer, ojalá pase lo que en Egipto... pero sin muertos. Y hoy añado: y sin heridos, ni mutilados, ni daños colaterales
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