No, no. No hablo ahora de aperitivos, de la tapita de tu bar favorito. Hoy hablo de cosas bonitas (más aún que el aperitivo): de palabras y de música.
Si me dieran a elegir entre todos los períodos de la historia que se han ido definiendo a lo largo de ella misma, sin duda me quedo con el fin de la Edad Media. Con el primer renacimiento cultural europeo, y dejando atrás las grandes epidemias. Mi época favorita de la historia coincide con el descubrimiento de América, o con la expulsión de los judíos del espacio geográfico que hoy es España. Pero también coincide con la publicación de la primera gramática de la lengua española, la de Nebrija. Además, coincide con el florecimiento, en Europa, de un instrumento musical, madre o padre (o ambos a la vez) del actual violoncelo. Se trata de la viola da gamba
Este instrumento de nombre simpático ha sido estudiado intensamente por el musicólogo catalán Jordi Savall, uno de los más importantes intérpretes de música antigua y un defensor incansable de este maravilloso instrumento. Para aquellos a los que les guste la música antigua, les resultará familiar el conjunto Hespèrion XX, de quien Savall fue fundador.
Como yo no tengo los conocimientos teóricos suficientes para daros una clase de viola de gamba o de música, os dejo con las palabras del maestro, que con total acierto y la serenidad de un músico explica mucho mejor el arte de la música a través de su instrumento favorito.
Si os habéis dado cuenta, Savall explica que la viola de gamba se diferencia de la viola de braccio, en que esta última se sostenía entre los brazos, resultando en el violín actual, mientras que la viola de gamba se tocaba sujetándola entre las piernas (¡¡no conozco instrumento musical más sensual que éste!!). Pues bien, aquí viene la explicación de palabras. Viola de gamba significa literalmente 'viola de pierna'. El nombre procede del italino, lengua en la que gamba hace referencia a las extremidades inferiores. Y este "gamba" italiano, procede -retrotrayéndonos mucho- del griego: καμπή (kampé). Pues bien, este es el origen también de la palabra francesa jambe ('pierna') y de su derivado jambon, nuestro jamón. De ahí viene también la palabra jamba como 'pierna de las puertas' y una expresión que decimos constantemente: meter la gamba, que es lo mismo que meter la pata. Hay alguna palabra más interesante procedente de esta palabra griega que triunfó en algunas lenguas románicas y no en otras. Gracias a que se conservó en italiano y a que no hemos querido o no supimos traducirlo, tenemos en español una palabra tan exótica para nombrar a un instrumento tan completo e interesante como éste.
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