18 de febrero de 2010

Encuentro

EL ENCUENTRO


Este encuentro no pertenece a los creyentes ni a los ateos, a ninguna religión o creencia en particular.
Este encuentro se produce simplemente entre humanos, entre personas que creemos en el
bien.
Por esto, hombres y mujeres de distintas razas y creencias estamos leyendo estas palabras al mismo tiempo, lo que ya es un motivo de alegría.
Pero hoy no vamos a centrarnos en lo que nos separa, sino en lo que nos une.
Quizás algunos piensen que nos parecemos poco, que hay pocas semejanzas. Muchas o pocas son tan importantes que puede que sean suficientes para empezar un camino juntos.
Imaginemos algo: ¿Qué pasaría si se encontraran Jesús de Nazareth y Mahoma?, ¿o si se encontraran con Buda?, ¿qué harían?, ¿discutirían?...
Yo creo que no, creo que se mirarían, se sonreirían, y charlarían amigablemente. Me imagino que, al mirarse, se reconocerían mutuamente como seres que trabajan para el Bien, hermanados por una labor común.
¿Qué se hubieran dicho Gandhi y Teresa de Calcuta?, ¿cómo os imagináis un encuentro entre ellos? Podría haber sido bastante parecido, son personas que ayudaron a sus semejantes con sus pensamientos, oraciones y con sus propias manos.
En aquellos lugares donde se sufre, ¿no colaboran religiosos de distintas confesiones entre ellos?, ¿no colaboran creyentes con no creyentes?, ¿no son todos gente de buena voluntad tratando de ayudar a los demás?
Muchos de los leéis esto tenéis unas creencias religiosas concretas, y otros muchos no. Pero hay algo muy importante que nos une a todos, y es la Buena Voluntad.
Esta fe que tenemos en el Bien, en la búsqueda de nuestro bien y del bien del otro. Esta fe en que hay un Bien dentro de cada ser humano, que hay un Bien dentro de las cosas es probablemente uno de los pilares fundamentales de todas las religiones y de las convicciones morales de tantas buenas personas no religiosas.
¿No nos hace este Bien en nosotros, esta intención de hacernos el Bien unos a otros, no nos hace Hermanos?
¿Seguimos a los fundadores de las religiones, a nuestros maestros, a las buenas personas que admiramos cuando olvidamos esto?
Aunque pudiera ser atrevido por mi parte, si quisiéramos resumir cuál es el propósito de nuestras religiones, yo diría que es uno doble: El desarrollo de ese Principio del Bien que hay en nosotros, y la expresión de esa Bondad hacia nuestros semejantes y al mundo en que vivimos.
Dos únicos puntos en común no parecen muchos... pero, ¿no son importantes?, ¿no son... lo más importante?... ¿no definen nuestro modo de vida?
Más aún, este mejorarse uno mismo y hacer el Bien a los demás, ¿no son compartidos por tantísimas personas que no están en ningún credo en particular?, ¿no son así nuestros vecinos, nuestros amigos, los que nos sonríen en el mercado?... ¿no somos la mayoría?
Y aún más... también aquellos que no creyendo en que hay un Bien dentro de las personas, ni en que la humanidad progrese... aquellos que sin esperar nada más... ni una mejor vida más allá, ni más acá... aquellos que algunas veces caen en la desesperación... aquellos que incluso con esta visión del mundo... toman partido, escogen un lado y también eligen hacer el bien que pueden... Aquellos que quizá demostrando más fe en el Bien o más valor que los demás, incluso en contra del mundo que ven, son incapaces de ignorar ese buen sentimiento dentro de sí mismos. Aquellos... son parte de esa misma hermandad.
El objetivo de este Encuentro es que recordemos esta Hermandad entre nosotros, que no nos centremos tanto en las cosas que nos separan, porque... estamos unidos en lo fundamental.
No queremos decir que no haya diferencias, ni que haya que evitarlas pero, igual que convivimos con personas que ejercen otras profesiones, con otras ideas políticas o con otros gustos; igual que hemos encontrado una base común de convivencia con ellos mientras seguimos nuestro propio camino; nosotros que somos creyentes y no creyentes, pero gente de bien, debemos ser los primeros en buscar esa base común para que, cuando enfrentemos problemas y sufrimientos comunes, podamos reunirnos todos hermanados por nuestra buena voluntad y trabajar juntos para encontrar el camino.
No olvidemos nunca esta Hermandad formada por todas las personas que, de una manera u otra, hacemos el bien en el mundo. Trabajemos juntos... estamos todos en el mismo barco.

Texto de Javier Fernández Panadero.

2 comentarios:

Javier dijo...

Gracias Patri ;)

Marina dijo...

Buena reflexión. Gracias