26 de junio de 2011

Morriña cíclica. Galicia latente.

Ni T. S. Eliot ni Shakespeare pueden con la morriña.
Es un golpe de añoranza. Llega inesperadamente, pero siempre de forma cíclica. Galicia está siempre latente, en estado de reposo. Y el verano, la certeza del mar o una canción la activan en la conciencia. 

La morriña -mi morriña- es cíclica. Reaparece cada cierto tiempo y me tiene ausente durante días. Y ni Scott Fitzgerald ni Auster pueden con ella. 

Denme una gaita que llora, un vaso de vino Albariño, un documental sobre Cunqueiro y la suavidad del gallego. Es más que probable que me olvide de Hemingway, de Londres, de Camboya y de los americanitos impasibles.
 

2 comentarios:

Iago Morais dijo...

¿Este ataque de morriña es venido por el documental de Cunqueiro? Si es así, viva la 2 !

Falsirego dijo...

Pues un poco sí...
Y sí, ¡viva la 2!