20 de abril de 2013

No se escapa Abril


Parece que se escapa, que ya estamos a día veinte y se me han ido algunos días de poemas. No significa que no haya habido poesía. La ha habido, y también teatro. 

El fin de semana pasado recibía la recomendación de Emilio de ver ¡Ay, Carmela! El jueves, en cuanto tuve la ocasión, fui al teatro Reina Victoria para disfrutar de un espectáculo que creo que sigue siendo necesario. La propia Carmela, al final de la representación, nos dice a todos que los vivos, si tenemos el estómago lleno y el traje puesto, ya nos olvidamos de todo lo demás. Carmela como referente de mujer republicana sensible al dolor y la tragedia de la guerra. Un texto que me removió mucho por dentro, porque en mi tardía adolescencia comencé a interesarme mucho por el periodo de la República y la Guerra Civil. Leí con furor a los poetas de la generación del 27, me creí los ideales de la República y los hice míos, pero luego... no sé qué pasó. Quizás el tiempo y me hizo perder la perspectiva sobre el propio Tiempo, así con mayúsculas. Y me fui olvidando poco a poco de lo que es la historia, de dónde venimos, de cuál es el origen de lo que nos ha pasado en los últimos cincuenta años, nada más que el dolor, el enfrentamiento, la falta de humanidad.

Hace diez años me estremecía al mirar una bandera morada, amarilla y roja. Esa emoción la volví a sentir, así de nítida, de nuevo, el jueves. Carmela, parando su actuación de la "Banderita" y comenzando a cantar "El ejército del Ebro". Algunos de los espectadores comenzamos a bisbisear la letra, otros levantaban el puño, nos emocionamos por lo que perdimos, por lo que ahora vivimos y no nos merecemos, pero, ¿nos pertenece?

Abril es primavera, es sol, es verde, es poesía, es teatro, es República, son libros, es Cervantes, es Shakespeare, es revolución, es Portugal, son claveles, es un puente que tiendo hacia Ávila, es rabia, es alegría, es "Celtas Cortos" con su canción más famosa, es el primer día de picnic en el Retiro, es el primer helado de la temporada. Abril no puede escaparse. Que nadie nos lo robe.

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