1 de abril de 2009

Nanas de la cebolla

Para el anónimo de ayer.



Para erizar la piel. Pero, ¿qué me dices de la Elegía a Ramón Sijé?... Para elevar las almas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por tu cortesía. La Elegía está bien, sí, pero es un dolor más esperable, más natural, como es natural y esperable la muerte (aunque, cuando intempestiva, joda más), pero el dolor por el hambre es más sucio, más de las raíces, más inhumano. Y esa madre que da leche de cebolla al hijo mientras el padre se pudre en la cárcel, por motivo tan noble como haber sido fiel a sus ideas y leal al régimen legalmente constituido mientras Fraquito y sus vencedores empiezan a echar tripa...
Gracias, Patricia.