29 de mayo de 2010

Pensar en você

Hace tiempo pensaba en un "você". Ya traje a este blog la canción de Daniela Mercury; una canción que por la dulzura del portugués, el desgarro de la voz de la cantante y la letra intensa, siempre me gustó. Me gustó tanto, que entró a formar parte de mi carpeta de canciones favoritas.

Las carpetas de canciones favoritas son peligrosas. Hay veces que las canciones no dejan de escucharse durante días y adquieren esa categoría suprema de favorita. Entonces, llega el momento crítico de añadirlas a la carpeta consabida. Pero... ¡cuidado! Esas canciones las cargan los recuerdos. O se cargan de recuerdos. Y eso significa que la carpeta de nuestras canciones no acaba siendo más que la carpeta de los recuerdos. Menos mal que los recuerdos cambian con el tiempo, se van transformando, van adquiriendo otros colores, otros olores y comienzan a llamarse con otros nombres.

Eso del cambio del nombre es lo que le ha pasado a este você de la canción. Ha perdido la esencia de sí mismo para transformarse en otra cosa. Sigue en la carpeta de las canciones favoritas, pero tiene otro nombre, o hay otro nombre que lucha por convertirse en ella. O ni siquiera se me pasa por la cabeza identificarla con nadie. Porque hay veces que necesitamos llenar la carpeta de los "vocês" y otras que, simplemente, dejamos que el tiempo los moldee. De cualquier manera, para você va hoy este .

27 de mayo de 2010

Los libros y los árboles

Dice Manuel Rivas en Los libros arden mal:

"Sabía que los libros tenían que ver con los árboles. Que había una relación. Que en cierta forma se podría decir, y a medida que caminaba hacia las hogueras avanzaba en precisión, podríamos decir, sí, que los libros procedían de la naturaleza. Incluso no sería incorrecto decir, ni decir una exageración, que los libros eran un injerto. Ésa era una manera de hablar en metáfora."


Lo que me recuerda al cartel de Noemí Villamuza que este año ha sido el encargado de presentar el Día Mundial del Libro Infantil y Juvenil y que te presenté aquí hace algunos días.

También me recuerda a ese sueño de verano: la tarde cargada de moscas y calor refrescada bajo los brazos robustos de un olivo.

Los libros son prolongaciones reales de los árboles, prolongaciones metafóricas del ser humano.

26 de mayo de 2010

Good bye Lenin!

Era primavera y por entonces ni se me pasaba por la cabeza un viaje a Alemania. Menos aún aprender alemán. Aunque sí empezaba a despuntar en mí un interés por Europa, por la historia reciente europea. Un interés que perdí enseguida, y poco a poco voy retomando ahora que las aguas universitarias se han calmado del todo.

Era la primavera de 2004. Seis años después vuelvo a escuchar la banda sonora como si ayer mismo hubiera visto la película por primera vez. Recuerdo que entonces aún visitaba a menudo el videoclub de mi barrio. Ahora que el alquiler de películas se ha convertido en la descarga de películas, la tienda se ha adaptado a los tiempos modernos y se ha convertido en un locutorio. Echo de menos las visitas al videoclub. Ahora parece sacrílego pagar por ver una película, pudiendo pedirla al señor de la mula que la trae en unos pocos minutos.

El hecho es que los acontecimientos han ocurrido rapidísimo en los últimos años. No reconozco nada de lo de entonces, aunque todo sea, a simple vista, igual. Yo no soy la misma, ni los libros que ocupan las estanterías de mi habitación. También el color es diferente, la lámpara de la mesa, la decoración, las fotos. De mi ropa de entonces quedarán unos vestigios casi inservibles que conservo porque soy nostálgica. Si tuviera la posibilidad de contraponer a la Patricia que veía Good bye Lenin! con diecisiete años y a mí misma, a la Patricia de ahora, creo que le daría algunos consejos. Me comportaría como la hermana mayor que nunca he tenido, para decirle cosas que quizás a los hermanos mayores nunca se les ocurre decir.

Me siento ahora, seis años después, como el personaje de la madre en la película. He sufrido un golpe, he despertado y lo encuentro todo diferente. Todo eso sin golpes, sin cambios aparentemente bruscos en la vida diaria; pero con una crisis que asola el país, con una población envejecida, sólo rejuvenecida gracias a las migraciones (riqueza humana dentro de un país viejo). Con más experiencia, pero casi las mismas inseguridades. Con incertidumbres, también como entonces, con las tardes de miércoles llenas de alemán y sin la urgencia del estudio. Con la misma melodía: la banda sonora de una película con la que empecé a comprender un poco lo que había sido Europa. Una Europa que tan solo quince años antes había sufrido una revolución. Cayó el muro y parece que cayeron las barreras. Aún quedan barreras por tirar. Y ésas no se ven a simple vista.

25 de mayo de 2010

Réagánta

El domingo en uno de esos tiempos muertos de la tarde, miré hacia arriba en mi estantería de libros. Allí estaba, La Regenta, ese novelón que se me había atragantado durante tantos años y que cuando por fin decidí leerlo por mí misma, acabó por convertirse en una de mis lecturas favoritas. He de agradecerle mucho a Clara que me gustara tanto, ya que juntas interpretamos largos pasajes de la obra y buscábamos el componente erótico en cada página. Recuerdo, divertida, cómo Clara insistía en la escena de los churros con chocolate. A mí me había pasado inadvertida.

Volviendo a lo que estaba. Domingo aburrido de trabajo. Los ojos que se pierden en lo alto de la estantería buscando algo y ahí se aparece La Regenta. Con curiosidad decido buscar en Spotify la palabra "regenta" por si encuentro algún tributo a Ana Ozores entre las cientos de miles de pistas musicales que alberga el programa en cuestión. Y nada, no hay regentas musicadas, pero aparece Réagánta.



Cierro los ojos y me dejo mecer por una flauta que me evoca robles irlandeses, bosques magníficos en medio de la nada. Allí donde los seres más fantásticos salen de sus escondites y se mezclan con la vida real, con una pantalla de ordenador, los trabajos de unos chicos de secundaria, un paseo por Vetusta, y contigo, que dos días más tarde abres esta página esperando encontrar nosémuybienelqué y te encuentras con la magia.

24 de mayo de 2010

Elegi

El título de este post no es una palabra española mal acentuada. Se trata de una canción sueca. Elegi significa 'elegía', como podrás imaginar.

Traigo aquí esta canción simplemente porque me gusta cómo suena. Hay idiomas que posiblemente no aprendamos nunca, pero hay sonidos que merecen ser recordados siempre. Como los de los últimos versos de esta canción de Lars Winnerbäck.


En elegi för alla vägar som vi inte vandrat än
för en tid som bara går och aldrig kommer igen


23 de mayo de 2010

Wikipedia y los enlaces infinitos

Hace apenas una década, o un par de años más, habríamos creído impensable ser conocedores, en tan sólo unos pocos minutos, de todo aquello que nos produjera curiosidad.

Existen los milagros. El hombre hace milagros. Wikipedia es uno de esos milagros producto del ser humano. Sé que hay que andar con mil ojos cuando estamos navegando por la red, ya que la cantidad de información imprecisa o falsa es muy grande. Tan grande como la cantidad de información fiable que podemos encontrar. Aunque bien es cierto que cada vez más, el grado de precisión y fiabilidad de la gran fuente que es Wikipedia, está más asegurado.

Por eso, yo hoy he conocido, gracias a Wikipedia, la leyenda de Gilgamés, cuya epopeya publica ahora Alianza Editorial. Y de la referencia de Gilgamés, he pasado a la de la escritura cuneiforme, que ha avivado mis recuerdos de conversaciones lingüísticas en un piso de estudiantes, frente a la escultura al maestro Salinas, en Salamanca. Y he recordado los alfabetos acadio y copto, que me han llevado a Aitor, estudiante de Filología Clásica que me enseñó a cantar el "Zorionak Zuri", que me ha hecho relacionar la idea con las lenguas prerromanas y de entre ellas rescatar el celtíbero, origen de nuestra actual "vega". Y así hasta el infinito, con sinapsis de nuestros recuerdos y conocimientos, y con enlaces virtuales: pinchando en hipervínculos como si estuviéramos lanzando dados en el juego de la oca. Alimentando conocimientos propios con los adquiridos en cada uno de los clicks de ratón.

Con un panorama del conocimiento como hay ahora, con todas las posibilidades de hoy en día, ¿crees que Sócrates repetiría, no sin antes pensárselo unos segundos, su famosa cita del "sólo sé que no sé nada"?

18 de mayo de 2010

Poetas nuevos. Nueva poesía

Realmente siempre habrá poesía.

Algunas veces me ha dado por dudar de este axioma. No sé muy bien por qué he llegado a dudar que no siempre habrá poesía, pero lo he dudado. Quizás ha sido mi vida, que no siempre me ha devuelto las sonrisas con poesía. Porque tampoco yo he sabido a veces lo que era la poesía. No la he visto cuando me envolvía y la he buscado fuera de los cuerpos, como si sólo en papel pudiera escribirse.

Hoy he encontrado la poesía en una coca cola. En realidad ha sido en dos coca colas. En Salamanca. En el Alcaraván. El Alcaraván en la cafetería de los amigos y de los enamorados. El Alcaraván es el mejor sitio de Salamanca donde tomarse un té americano, porque las dosis de canela son allí las más grandes. La poesía ha brotado de los dedos y las coca colas. El poeta se llama Víctor Balcells y lo escuché recitar una o dos veces en Salamanca. Entonces no me apasionó, pero ahora leo casi todo lo que cuelga (con bastante asiduidad) en su blog y hay cosas que verdaderamente me enganchan. Como su historia de las coca colas que se encuentran en el suelo del Alcaraván.



Es increíble cómo puede haber personas que, jugando con las palabras, que "como las putas, se parecen todas un poco", logren traer a las tardes de mayo algo diferente a la monotonía de las palabras, que aunque se parecen todas un poco, son siempre diferentes. Como el río de Heráclito. Como el alcaraván, cuyo vuelo siempre es distinto pero un poco parecido al anterior. Como el amor, si es que existe, como se plantea Balcells, que nunca es el mismo aunque proceda de los mismos labios. La poesía siempre se reinventa. Y es lo más bello de su esencia. Que siempre, cuando menos la queremos, nos sorprende en lugares tan insólitos como una coca cola.

17 de mayo de 2010

Celebra-la lingua

A este blog ya casi se le ha olvidado hablar en gallego. Como los gallegos más gallegos, piensa que el respeto a los no gallego hablantes se demuestra no hablando en gallego. A veces dudo que eso sea verdaderamente así.

Lo cierto es que aunque a este blog se le haya olvidado hablar gallego, a la que lo escribe no se le ha olvidado. Celebra la lengua todos los días (incluso en Friburgo celebra el gallego, habla gallego porque en todas partes del mundo hay alguien que lo habla). Hoy, más que nunca, aunque lo haga en castellano para ti, lector, celebro el gallego. De la forma que sé: con el recuerdo, el sueño y la camiseta que me regaló Víctor hace años: "Goza coa túa lingua". Siempre he disfrutado con la lengua gallega. Y sigo haciéndolo. Sobre todo, cuando el pasado entra por los huecos de las persianas y dice "Bos días". Mi pasado, a veces, habla gallego. Como el e-mail de felicitación recibido esta mañana.

Non me esquecín.
Hoxe, no blog, toca un anaco de galego.

FELIZ DÍA DAS LETRAS GALEGAS.

16 de mayo de 2010

Celebrar Madrid

Más allá de Sanisidros, chulapos y cocidos, este fin de semana he celebrado Madrid.

Hay mil maneras de celebrar Madrid alternativamente, sin el bocadillo de calamares, la plaza Mayor, la verbena de la Paloma y los nardos apoyados en la cadera.

Madrid se celebra también asomándose a los balcones de las casas. Perdiéndose en sus calles y descubriendo pequeñas Barcelonas o Lisboas en barrios castizos. Buscando enloquecidamente la librería abierta en el ecuador de mayo. Escuchando un jazz imaginario. O lanzando un grito de protesta por la destitución del que consideramos el juez de la memoria. Viendo sin ver a algunos amigos. Madrid se celebra también celebrando la victoria culé. Hablando en inglés, catalán, alemán. Madrid se celebra en Según Emma, El rincón del champi, Malabar y La Fugitiva. Madrid no solo se celebra en la Gran Vía, también en Santa Isabel. Madrid se celebra hablando de noruegos y gallegos. Con el corazón abierto a cambios radicales. Madrid se celebra mirando a los ojos, abriendo las manos y soñando el próximo curso, mientras hacemos planes de verano y despedimos este año escolar que se nos difumina entre redacciones, tinta roja y carcajadas ante el error creativo.

Este fin de semana he celebrado mi Madrid. Y te muestro un pequeño fragmento de este Madrid que es mío y te comparto. El fragmento del Madrid de las ventanas. El Madrid que Julio Llamazares se ha inventado:

11 de mayo de 2010

"You and me babe, how about it?"


Romeo and Juliet


And I dreamed your dream for you and now your dream is real.



Dire Straits, "Romeo and Juliet"

10 de mayo de 2010

Nunca más demiurgo

Vuelvo otra vez a pensar en los poetas.

Vuelvo otra vez a pensar en mí como escribiente.

Recuerdo aquella época en la que los dedos ansiaban el descanso del día sobre las teclas del ordenador que aguardaba la poesía. La poesía que nacía de los viajes en tren, del día a día, de una lectura, una canción, una sonrisa, el eterno desamor... Y me lamento, hoy, de haber caído en la indiferencia de quien un día creyó hacer algo con sus palabras y hoy sólo las mira con nostalgia.

Recorro el blog de arriba abajo. Busco. Husmeo. Trato de encontrarme hoy entre los versos de antaño, entre los comentarios, la falsirego de los comienzos. No me reconozco. No me reconozco ahora. Yo soy la falsirego de entonces: con la vida teatralizada por la universidad, el estudio nocturno y los cafés vespertinos; una suerte de nerviosismo acechando el día a día en Salamanca, o en Madrid, o quién sabe, quizás el día a día de la hora en tren a la facultad. Yo me hice de Ismael Serrano, Sabina, Sabines, Salamanca, Santander, Santiago... siempre hubo eses en esa vida mía que inventaba, tratando de moldearme. Quise ser demiurgo. Demiurgo porque siempre amé esa palabra. Me la enseñó Yolanda; creo. Y yo siempre la escribía en mis exámenes. Me propuse incluirla en todos ellos. Porque entonces, demiurgo definía.

Hoy recorro mi vida de arriba abajo. Como si de un blog se tratase. Porque en blog he vivido mi vida de los últimos años. Porque en blog estoy dejando de vivirla para ti ahora. Y tengo la sensación de que nunca más seré demiurgo. Y eso, por supuesto, me humaniza.

Los que siempre me leyeron se han cansado de esperar palabras sueltas, absurdas, sin sentido. Falsirego quedó atrás y hoy sólo es un vestigio.

Como tantas otras veces, tendré esperanza en el renacer de falsirego, de la Palabra, de la Poesía, de nuestro vínculo, lector, de cada día. Como "falso yo" (Falsirego) te invito a que continúes cerca de mí, a que nos sigamos amando en silencio a través del arte. Pero con un amor real. El amor que nace de la Belleza y sólo con ella muere. Ahora que ha muerto el demiurgo, que viva la poesía. Que viva la vida.

9 de mayo de 2010

Algunos consejos para la vida

Este vídeo lo he visto decenas de veces. Algunos de sus consejos los he seguido, otros todavía no. Y están aquellos que posiblemente nunca seguiré. Para eso están los consejos: para seguirlos o no. Siempre hay que escuchar a aquellas personas que nos quieren y nos dicen lo que a ellos les hubiera gustado escuchar cuando estuvieron en nuestra situación. Escuchar, pero no seguir ciegamente. Para eso está nuestra libertad.

Sé libre para aconsejar. Sé libre para aceptar los consejos de aquellas personas que te quieren. Sé libre para pedir que te aconsejen.