Hace apenas una década, o un par de años más, habríamos creído impensable ser conocedores, en tan sólo unos pocos minutos, de todo aquello que nos produjera curiosidad.
Existen los milagros. El hombre hace milagros. Wikipedia es uno de esos milagros producto del ser humano. Sé que hay que andar con mil ojos cuando estamos navegando por la red, ya que la cantidad de información imprecisa o falsa es muy grande. Tan grande como la cantidad de información fiable que podemos encontrar. Aunque bien es cierto que cada vez más, el grado de precisión y fiabilidad de la gran fuente que es Wikipedia, está más asegurado.
Por eso, yo hoy he conocido, gracias a Wikipedia, la leyenda de Gilgamés, cuya epopeya publica ahora Alianza Editorial. Y de la referencia de Gilgamés, he pasado a la de la escritura cuneiforme, que ha avivado mis recuerdos de conversaciones lingüísticas en un piso de estudiantes, frente a la escultura al maestro Salinas, en Salamanca. Y he recordado los alfabetos acadio y copto, que me han llevado a Aitor, estudiante de Filología Clásica que me enseñó a cantar el "Zorionak Zuri", que me ha hecho relacionar la idea con las lenguas prerromanas y de entre ellas rescatar el celtíbero, origen de nuestra actual "vega". Y así hasta el infinito, con sinapsis de nuestros recuerdos y conocimientos, y con enlaces virtuales: pinchando en hipervínculos como si estuviéramos lanzando dados en el juego de la oca. Alimentando conocimientos propios con los adquiridos en cada uno de los clicks de ratón.
Con un panorama del conocimiento como hay ahora, con todas las posibilidades de hoy en día, ¿crees que Sócrates repetiría, no sin antes pensárselo unos segundos, su famosa cita del "sólo sé que no sé nada"?
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