¿Qué es ser poeta?
Me lo he preguntado cientos de veces, y he estudiado a cientos de poetas, he leído y disfrutado de otros tantos; aun así sigo con la duda de qué es ser poeta, quién es poeta.
Vivimos en una sociedad de consumo en la que a las cosas hay que llamarlas por su nombre, todo tiene que tener una etiqueta, incluso el arte tiene que tener una explicación. Sin embargo, yo no sé explicar por qué considero poeta a Torrente Ballester, del que todavía no he leído ni un solo verso -tampoco sé si los escribió- y por qué hay gente que no considera poeta a Serrat, cuando está claro que escribe versos, y muy buenos.
Yo tengo mi lista de poetas guardada en un bolsillo. En la lista siempre hay tres nombres escritos y conforme va pasando el tiempo tacho algunos y añado otros. Creo que nunca se ha mantenido ninguno, aunque sí se ha repetido alguno. Supongo que tengo que seguir leyendo mucho y releyendo más, para terminar rescatando a algún Grande. También soy consciente de mis insuficiencias lectoras, y por ejemplo te digo sin temor a sonrojarme que he leído poco a Lorca, y que todavía no lo he anotado en mi lista.
Los poetas de la lista que llevo en el bolsillo son algo así como unos amigos a los que voy conociendo y apreciando poco a poco, con cada diálogo que mantenemos sus textos y yo. Los poetas de mi lista siempre dicen algo de mí y llenan el vacío semántico de lo que yo consideraba inefable.
En mi lista de hoy hay tres poetas, o mejor dicho tres poemarios: Gloria Fuertes en su Obras Incompletas, Rafael Alberti en Sobre los ángeles y Octavio Paz en Piedra de Sol.
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