Vuelvo otra vez a pensar en los poetas.
Vuelvo otra vez a pensar en mí como escribiente.
Recuerdo aquella época en la que los dedos ansiaban el descanso del día sobre las teclas del ordenador que aguardaba la poesía. La poesía que nacía de los viajes en tren, del día a día, de una lectura, una canción, una sonrisa, el eterno desamor... Y me lamento, hoy, de haber caído en la indiferencia de quien un día creyó hacer algo con sus palabras y hoy sólo las mira con nostalgia.
Recorro el blog de arriba abajo. Busco. Husmeo. Trato de encontrarme hoy entre los versos de antaño, entre los comentarios, la falsirego de los comienzos. No me reconozco. No me reconozco ahora. Yo soy la falsirego de entonces: con la vida teatralizada por la universidad, el estudio nocturno y los cafés vespertinos; una suerte de nerviosismo acechando el día a día en Salamanca, o en Madrid, o quién sabe, quizás el día a día de la hora en tren a la facultad. Yo me hice de Ismael Serrano, Sabina, Sabines, Salamanca, Santander, Santiago... siempre hubo eses en esa vida mía que inventaba, tratando de moldearme. Quise ser demiurgo. Demiurgo porque siempre amé esa palabra. Me la enseñó Yolanda; creo. Y yo siempre la escribía en mis exámenes. Me propuse incluirla en todos ellos. Porque entonces, demiurgo definía.
Hoy recorro mi vida de arriba abajo. Como si de un blog se tratase. Porque en blog he vivido mi vida de los últimos años. Porque en blog estoy dejando de vivirla para ti ahora. Y tengo la sensación de que nunca más seré demiurgo. Y eso, por supuesto, me humaniza.
Los que siempre me leyeron se han cansado de esperar palabras sueltas, absurdas, sin sentido. Falsirego quedó atrás y hoy sólo es un vestigio.
Como tantas otras veces, tendré esperanza en el renacer de falsirego, de la Palabra, de la Poesía, de nuestro vínculo, lector, de cada día. Como "falso yo" (Falsirego) te invito a que continúes cerca de mí, a que nos sigamos amando en silencio a través del arte. Pero con un amor real. El amor que nace de la Belleza y sólo con ella muere. Ahora que ha muerto el demiurgo, que viva la poesía. Que viva la vida.
5 comentarios:
Hoy es siempre todavía.
Puedes reinventarte a cada instante. Eres libre incluso de ti misma.
Un abrazo
Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema ;
Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.
El Poeta es un pequeño Dios.
Un abrazo de los que entienden entendiendo.
Gracias.
Hay veces que entran los "bajones" creativos y uno se pierde en sí mismo.
Es estupendo teneros aquí conmigo.
Yo te quiero, escribiente o no.
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