28 de septiembre de 2008

EVOCACIONES

El ser humano no está hecho de presente, sólo de pasado y de futuro. De recuerdos, de ilusiones y expectativas.

Hoy ha llovido. Y yo que estoy hecha de lluvia y de tierra mojada he recordado el pasado con nostalgia. Yo, que estoy hecha de recuerdos y evocaciones, tengo que tener cuidado al salir a la calle porque miles de olores, visiones y melodías me acechan amenazándome con un viaje al pasado del que siempre tardo en regresar.

Me evocan el pasado el olor a diciembre, algunas canciones, unos ojos humedecidos, ciertas películas, la lluvia, Santander, Salamanca, Santiago de Compostela (las 3 eses de mi vida), un poema de Cernuda, una sudadera verde de las excursiones al campo, las hojas secas de otoño, un bolígrafo del Principito, Taoas, Sonata Arctica, las fotos que escondo en el fondo de algunos cajones…
Y yo, que estoy hecha de evocaciones, te pregunto ¿qué te lleva al pasado?

2 comentarios:

Manuel Casal dijo...

Pasado, presente, futuro. Tiempo. Soy tiempo, lo sé. Pero no me gusta demasiado mirar hacia atrás. Procuro no hacerlo. Cada día que pasa tengo menos tiempo para mirar el pasado. Quiero concentrarme en el presente y en prever el futuro en la medida en la que eso se puede hacer.

Procuro lanzar el tiempo hacia adelante y, sin embargo, es a veces el espacio el que me impulsa hacia atrás. Cuando vuelvo al espacio vivido antes, procuro revivirlo, actualizarlo, hacerlo presente.

Pero no tengo ningún interés en exportar la receta. Puede que esta manera de vivir sea una deformación mía.

David Francisco dijo...

Yo creo que estamos hechos de pasado, de futuro no, el futuro no existe.
El pasado es lo que nos ha formado, las decisiones que hemos tomado y nos han ido convirtiendo en lo que somos ahora.
¿El futuro? Un invento del Corte Inglés para que compremos y/o ahorremos "por lo que pueda pasar", "para lo que vaya a venir", etc. Pa que luego al final no pase ni venga.
Podemos tener expectativas o sueños, pero son solo eso, potencia, nada hasta que no se conviertan en acto.
Y el presente es precisamente ir pasando esas potencias a acto.
Pero mientras hacemos eso, como bien dices podemos tener momentos que nos evocan a tiempos pasados... en mi caso, canciones (muchas, demasiadas), películas (concretamente una), lugares, calles de Madrid, olores (a la humedad de Galicia), objetos...
Recordar el pasado sí, pero mirando hacia delante.