27 de enero de 2009

El frío de Alemania

Desde que he hecho circular la noticia de que me voy unos días, en febrero, a Alemania, no hago más que recibir, por parte de familiares y amigos, ofrendas-prendas de abrigo. Y tampoco dejo de recibir advertencias sobre el temporal. Ya me han dicho que las temperaturas no superarán los 0º, pero eso ya pasaba en Salamanca a veces. Y aquí me tenéis, pura superviviente.

Quiero hacer un agradecimiento público a madres (ah, no, que madre sólo hay una), padre, hermano, tías, primos, amigos y ex-profesores por el interés que están mostrando, sobre todo, por la climatología alemana más que por otras condiciones del viaje. Si la atención se centra en el frío, otros asuntos, como el alojamiento precario (quién sabe todavía), mi manutención o las clases, quedan en un segundo plano.



Bufandas hechas con el cariño de una madre, gorros para cráneos privilegiados y un forrito polar verde son las últimas adquisiciones de estos días. Como puedes apreciar en la foto, los gorritos son una monada. Pues las flores del rojo son también caseras, como las bufandas, para que veas con qué clases de personas me codeo. Encantadoras. Como Helmut, el coordinador.

Gracias y besos a todos.

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