Hoy nieva en Compostela. Y también en Parla. Y después de mucho tiempo buscando algo que relacionarlas, cae del cielo un regalo blanco de bienes para ambas.
La nieve me hace feliz.
Es porque he visto nevar pocas veces. La nieve es una sorpresa en el sur de Madrid, por eso cuando cae la recibo con una alegría extraña e inesperada.
¡Ah, la nieve!
1 comentario:
Yo también amo la nieve. Nieve y luna: todo blanco. Me alegra que la nieve haya caído, con su regalo de susurros, para ti.
Es bonito lo que haces, Falsirego. Gracias por poner tu primavera en el invierno de nuestras ventanas-pantalla. Gracias por tu bitácora toda y por las entradas que me has dedicado (he dejado huellas con sonrisa en cada una): por las lunas con las que me recuerdas y por jugar, en mi nombre, a esa pregunta sobre lo que más nos gusta de vivir. Gracias también por tus gotitas sabinianas porque son gotas que nos revelan el mar. Lo mejor de vivir es latir. Que tus latidos-pregunta-alegría nos sigan iluminando.
CGG-H
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