10 de enero de 2009

Tengo una amiga que me lee.

No me ha quedado todavía muy claro, pero creo que esa amiga quiere cambiar de vida, aunque no se atreve, o no la dejan.

Lucho constantemente para hacerle llegar la idea de que ahora puede aprovechar su juventud y viajar, dejar de hacer las cosas 'bien hechas' por una vez y hacer las cosas que le van a hacer verdaderamente feliz.

Quizá la vida que se está preparando la haga feliz. Eso tampoco lo tengo todavía muy claro.

Esta amiga mía -que me odiará cuando lea que le digo esto por aquí, y no en privado. Total, nadie sabe quién es- ha dejado escapar algunos momentos. Sí, creo que los ha dejado escapar. Porque estaba con un pie ya en el tren y... ¡adiós, tren! A mí a veces me da pena que deje escapar las oportunidades, sobre todo cuando las tiene en la mano, pero es verdad que es su vida. Y yo no puedo entrometerme en ella, ni obligarla a que cambie.

Mi amiga le pide a 2009 cambiar. Cambiar es un verbo amplio y abstracto, pero yo sé perfectamente a qué se refiere. Ojalá que cambie, y que eso le haga feliz.

Ahora que tenemos veinte años... es más fácil hacer lo que uno quiere.

1 comentario:

Iago Morais dijo...

Ara que tinc vint anys,
ara que encara tinc força,
que no tinc l'ànima morta,
i em sento bullir la sang.